Cuando parecía que la bomba del mercado estaba a punto de estallar, Andrés Yllana le bajó el pulgar y puso punto final a la novela.
Luis “Pulga” Rodríguez y Guillermo “Bebé” Acosta no jugarán en San Martín de Tucumán. Pese a que la dirigencia ya tenía encaminadas las negociaciones y los retornos parecían cuestión de horas, fue el entrenador quien tomó la decisión final y cerró la puerta.
Yllana fue claro puertas adentro: los históricos ídolos de Atlético Tucumán no encajaban en su idea futbolística. Sin vueltas, les comunicó a los dirigentes que no los quería en el plantel. Y asunto terminado.
Así, la historia que prometía sacudir el fútbol tucumano quedó en nada. No hubo firma, no hubo fotos y tampoco cruce de vereda. La bomba no explotó y La Ciudadela seguirá sin el Pulga y sin el Bebé.
Fin de la historieta. El mercado sigue, pero esta vez el clásico no tuvo traición.




