Una escena de extrema violencia conmocionó a la ciudad de Sinop, en el estado brasileño de Mato Grosso. João Ferreira da Silva, de 46 años, fue asesinado a balazos en plena vía pública apenas 24 horas después de recuperar la libertad tras haber cumplido 20 años de cárcel por la violación y el asesinato de un niño de 9 años, un crimen ocurrido en 2005 que había estremecido a toda la región.
El ataque ocurrió frente a un hotel y quedó registrado por cámaras de seguridad. En las imágenes se observa a los agresores acercarse a la víctima por la vereda y dispararle a corta distancia. Ferreira da Silva cayó al suelo gravemente herido y, aunque los equipos de emergencia llegaron al lugar minutos después, solo pudieron constatar su fallecimiento.
La zona fue inmediatamente acordonada y se abrió una investigación para identificar a los autores del crimen y reconstruir su ruta de fuga. Testigos que estaban en las cercanías aseguraron que el ataque ocurrió en cuestión de segundos y que la emboscada parecía estar “preparada”.
El caso tomó aún más repercusión al conocerse el prontuario del hombre asesinado. Ferreira da Silva había sido condenado a 42 años de prisión por abusar y matar a un niño de 9 años, delito por el que había cumplido dos décadas tras las rejas. Medios locales indicaron además que pesaba sobre él otra condena por delitos sexuales, lo que fortaleció la principal hipótesis: que su ejecución podría estar vinculada a un acto de venganza.
De acuerdo con fuentes policiales, el hombre había salido de la Penitenciaría Ferrugem menos de 24 horas antes del ataque, un detalle que alimenta la sospecha de que pudo haber sido seguido o vigilado desde su liberación.
Los investigadores analizan las grabaciones de cámaras de seguridad, toman declaraciones a testigos y trabajan para determinar la cantidad de participantes en el ataque y si hubo algún tipo de logística previa. El objetivo es identificar tanto a los autores materiales como a posibles instigadores del crimen.




