Un grave episodio de vandalismo sacudió a la comunidad educativa de la Escuela Normal Juan Bautista Alberdi, ubicada en pleno microcentro tucumano, y generó una profunda indignación entre padres y madres de alumnos, especialmente de quienes concurren a 5° grado, que exigen respuestas inmediatas y medidas concretas por parte de las autoridades escolares.
Los hechos se habrían producido entre el martes y el miércoles últimos, en un aula ubicada en el primer piso del establecimiento, en el ala que da hacia calle Mendoza. Dicho espacio es utilizado por 4° 2° del nivel secundario en el turno mañana y por 5° C del nivel primario en el turno tarde. Según lo constatado, el aula fue violentada y encontrada con mobiliario roto, cortinas y vidrios dañados, además de inscripciones con epítetos irreproducibles en distintos sectores del salón.
Para las familias, no se trata solo de destrozos materiales, sino de una agresión directa a toda la comunidad educativa, que deja al descubierto un preocupante clima de violencia y desprotección dentro de la institución.
“Es una agresión a toda la comunidad”, expresaron padres y madres con contundencia.
Un hecho cometido con aparente impunidad
Uno de los aspectos que más alarma generó es que el ataque se habría producido sin que nadie viera ni escuchara nada, pese a la magnitud de los daños y a la ubicación del aula dentro del edificio escolar.
“¿Cómo puede ser que nadie haya escuchado el desastre que hicieron?”, se preguntaron con indignación.
Las familias señalaron que, durante la mañana, el aula pudo haber sido utilizada por alumnos de distintos cursos debido a la toma de evaluaciones, lo que amplía el rango de posibles responsables y refuerza la necesidad de una investigación exhaustiva.
Un aula recuperada con esfuerzo familiar
El malestar se profundiza al conocerse que el aula había sido pintada y reacondicionada este año gracias al aporte económico exclusivo de las familias de los grados 5° A, B y C, sin contribuciones de otros cursos del nivel secundario ni de las autoridades.
“Mucho sacrificio para dejar el aula en condiciones para nuestros hijos, para que no tengan un poquito de cuidado”, lamentó una madre.
Reclamos concretos a las autoridades
Mediante una presentación formal dirigida a las autoridades de la institución, padres, madres y tutores exigieron de manera urgente:
- La apertura inmediata de una investigación interna que permita esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
- La revisión exhaustiva del material audiovisual disponible, que dé cuenta del estado en que se encontró el aula.
- La posible citación de padres, madres o tutores de los alumnos que rindieron evaluaciones en el turno mañana del día del hecho.
- La convocatoria a quienes tengan conocimiento de lo ocurrido para que aporten información.
- La comunicación formal y oportuna de las conclusiones de la investigación y de las medidas que se adoptarán para evitar la reiteración de hechos similares.
Indignación, temor a la impunidad y desconfianza
El episodio generó una fuerte reacción dentro de la comunidad educativa, donde muchos temen que el hecho quede impune ante la inminente finalización del período lectivo, y se inscriba en una lógica de respuestas insuficientes frente a situaciones graves.
“Existe un patrón de impunidad en la escuela: hechos graves que se minimizan, agresores justificados y víctimas desplazadas. Mientras las autoridades no actúen con firmeza y el Ministerio no intervenga como corresponde, estas situaciones seguirán repitiéndose”, expresó una madre.
Otras familias coincidieron en el repudio:
“Una vergüenza que existan personas con tan mal corazón”, manifestaron.
“Realmente indignante”, resumieron otros padres.
Las familias reiteraron que la escuela debe ser un espacio seguro, cuidado y respetuoso, y advirtieron que esperan una respuesta clara, rápida y contundente por parte de las autoridades para restablecer la confianza y garantizar condiciones adecuadas para el desarrollo de las actividades pedagógicas.
Por el momento, la comunidad educativa permanece a la espera de definiciones concretas, mientras la indignación crece y el reclamo por responsabilidades se vuelve cada vez más firme. Asimismo, no descartan elevar el reclamo a instancias superiores del sistema educativo provincial si no obtienen respuestas en el corto plazo.



