UNICEF Argentina presentó los resultados de su última Encuesta Rápida a hogares con niñas, niños y adolescentes, revelando una significativa mejora en los indicadores de pobreza. En el último año, la proporción de hogares vulnerables en situación de pobreza cayó del 48% al 31%, mientras que la pobreza infantil se redujo del 67,1% al 46,1%.
El informe destaca que el alivio en los ingresos permitió a muchas familias afrontar gastos esenciales como útiles escolares, vestimenta y salidas. También mejoró el acceso a servicios básicos: la proporción de hogares que no pueden asistir al médico o dentista por falta de recursos bajó ocho puntos, y la cantidad de familias que restringen comidas por falta de dinero descendió del 52% al 30%.
Endeudamiento en sectores medios: el nuevo foco de vulnerabilidad
Pese a la mejora en los sectores más vulnerables, UNICEF advierte que el endeudamiento familiar se convirtió en un problema creciente, especialmente entre los sectores medios. El porcentaje de hogares con deudas pasó del 23% al 31%, y si se incluyen créditos informales y digitales, la cifra asciende al 45%.
Cuatro de cada diez hogares dejaron de pagar algún servicio, y uno de cada diez debió interrumpir la cobertura de medicina prepaga o cambiar a sus hijos de escuela por dificultades económicas.
Factores que explican la mejora
Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de UNICEF, atribuyó la mejora a tres factores clave:
- La desaceleración inflacionaria
- La recomposición de ingresos fijos como la Asignación Universal por Hijo (AUH)
- La mejora en los ingresos de trabajadores informales
“La AUH se mantiene en casi el 98% del valor de la canasta, y en el presupuesto 2025 es una de las pocas partidas que crecen en términos reales”, explicó.
Desigualdades persistentes y desafíos estructurales
El informe también señala que el incumplimiento de la cuota alimentaria sigue afectando al 52% de las madres que deberían recibirla, sin mejoras significativas. Además, cerca del 30% de los hogares aún enfrentan restricciones para la compra de alimentos.
Waisgrais concluyó: “Que los indicadores mejoren no significa que la vida sea fácil, sino que los factores que la hacían más difícil empiezan a retroceder. La protección de ingresos es clave, pero todavía hay desafíos que atender, especialmente en los sectores medios”.




