Tucumán, Argentina — En el marco del Día Internacional del Hombre, la provincia de Tucumán se prepara para recibir una conferencia que podría marcar un antes y un después en la historia de la educación emocional masculina. La iniciativa, liderada por la argentina Silvina Caro —fundadora y pionera a nivel internacional en el abordaje estético, emocional y educativo de la salud hormonal masculina—propone declarar desde esta tierra fundacional la “independencia emocional del hombre”.
Durante siglos, al hombre se le exigió fuerza y silencio. Se le prohibió llorar, expresar, sentir. Esa represión emocional lo convirtió en una olla de presión. Hoy, cuando atraviesa desfasajes hormonales—especialmente a partir de los 40 años—no sabe cómo manejarlos. Cambia con su madre, su pareja, sus vecinos, su trabajo, su salud. Y muchas veces termina solo, separado, sin entenderse.
“La sociedad cuida a la mujer en sus cambios hormonales, pero no al hombre. Y esa desigualdad genera víctimas: hombres sin eje, mujeres que conviven con ellos, niños que heredan el caos. No estamos formando una generación de cristal. Estamos formando hombres del futuro que sepan manejar sus emociones como lo hace la mujer. Porque la testosterona baja. Porque el hombre no es un extraterrestre. Es un ser humano”, afirma Caro.
La propuesta educativa tiene un enfoque humanitario y futurista. Busca que los niños y niñas del mañana crezcan en entornos más saludables, donde el varón sea educado emocionalmente desde pequeño, sin cargar con mandatos de fortaleza que lo desconectan de sí mismo. “Si a las niñas se les enseña sobre su ciclo menstrual y menopausia, ¿por qué al niño no se le habla de la andropausia? Hoy, los hombres adultos son bombas hormonales sin control. Y eso impacta en la convivencia, en la salud mental, en la sociedad”, sostiene.
Desde Salud Masculina Global, la plataforma transmedia que dirige, Caro impulsa una estrategia educativa que se basa en generar conciencia desde lo emocional y lo sexual. Temas como el engrosamiento del miembro, la ginecomastia o la caída de la testosterona no se abordan como provocación, sino como disparadores de reflexión. “Cuando el hombre se pregunta por su cuerpo, empieza a revisar sus hormonas. Y eso lo lleva al endocrinólogo. Estamos educando sin aburrir, activando conciencia desde el humor, la incomodidad y la verdad”, explica.
La campaña ya se inició en Salta y Buenos Aires, y ahora elige Tucumán como epicentro. “No fue casualidad. Tucumán es el útero simbólico de la patria. En la Casa Histórica, en 1816, se derribaron muros para declarar la independencia. Hoy proponemos derribar otros muros: los del tabú, el silencio y la ignorancia sobre el cuerpo masculino. Es hora de declarar la independencia emocional del hombre. Desde Tucumán, para el mundo.”
Silvina Caro sueña con una ley que obligue al control hormonal masculino en la adultez, y con una reforma educativa que incluya esta temática en las escuelas. “Si educamos al género masculino, en 20 años tendremos una sociedad diferente. Donde el hombre, cuando se sienta raro, se mida las hormonas. Donde el niño entienda que su padre no es violento por naturaleza, sino un hombre desregulado. Y que él puede elegir no repetir esa historia.”
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