Un procedimiento de rutina realizado por Gendarmería Nacional en el sur de la provincia terminó destapando una de las investigaciones más relevantes sobre tráfico ilegal de armas en Tucumán de los últimos años. Tras casi dos años de pesquisa, la Justicia Federal logró identificar a siete tucumanos presuntamente vinculados a una organización que abastecía el mercado negro y enviaba armamento fuera del país, con destino final en Chile.
El caso se inició en diciembre de 2023, cuando efectivos de Gendarmería detuvieron un micro en Aguilares durante un control vehicular. El colectivo se dirigía a Mendoza y en su interior viajaban dos ciudadanos chilenos que llamaron la atención de los uniformados por su nerviosismo y actitud hostil. Al revisar su equipaje, los gendarmes encontraron ocho pistolas calibre 9 milímetros y 13 cargadores, sin documentación legal que acreditara su procedencia.
Los detenidos, Alejandro Piero Arias Glaria y Francisco Eduardo Cáceres, quedaron imputados y ese secuestro se convirtió en el punto de partida de una investigación más amplia, encabezada por el fiscal federal Agustín Chit, que permitió reconstruir el recorrido del armamento y el funcionamiento interno de la banda.
Cómo operaba la organización
Según la pesquisa, la red contaba con distintos roles bien definidos. Parte del esquema incluía a empleados de una armería del microcentro tucumano, quienes habrían simulado operaciones legales de compra y venta de armas utilizando datos de terceros habilitados como legítimos usuarios.
De acuerdo con la acusación, estas personas captaban a ciudadanos con permisos vigentes para que las armas quedaran registradas a su nombre y luego fueran desviadas al circuito ilegal. En algunos casos, incluso, se habrían utilizado firmas apócrifas en la documentación oficial para concretar las transferencias.

Prestanombres y venta clandestina
La investigación también identificó a tres presuntos prestanombres, todos legítimos usuarios de armas, que figuraban como titulares registrales de las pistolas secuestradas en Aguilares. Dos de ellos serían empleados de una empresa de seguridad privada y no contarían con ingresos acordes a la cantidad de armas adquiridas.
El armamento, según la causa, terminaba en manos de un vendedor ilegal, encargado de introducirlo en el mercado clandestino. Para concretar las operaciones, se valía de intermediarios que actuaban como nexo con los compradores extranjeros.
La operación frustrada y el envío a Chile
Los investigadores determinaron que los ciudadanos chilenos habían llegado a Tucumán desde Mendoza con el objetivo de concretar la compra. El primer intento de entrega iba a realizarse en un hotel, pero se frustró por una demora policial a uno de los intermediarios. Finalmente, la transacción se concretó el 18 de diciembre de 2023 en la plaza Alberdi, donde se entregaron las armas y se cobró el dinero.
Al día siguiente, los compradores abordaron un micro rumbo a Mendoza con la intención de cruzar luego la frontera. La elección del transporte terrestre no fue casual: buscaban evitar controles más estrictos como los de los aeropuertos.
Actualmente, Arias Glaria y Cáceres permanecen detenidos en la cárcel federal de Santiago del Estero, acusados de acopio de armas con fines de tráfico internacional. La causa también se vincula con investigaciones paralelas en Mendoza.
Allanamientos y lo que viene
En diciembre de 2024, el fiscal Chit solicitó allanamientos en distintos domicilios del Gran San Miguel de Tucumán y del interior provincial, medidas que fueron autorizadas recientemente por el juez federal Guillermo Díaz Martínez.
Durante los procedimientos, Gendarmería secuestró armas, municiones, dinero y documentación, elementos que serán clave para definir la situación procesal de los involucrados. En los próximos días, los siete tucumanos señalados en la causa deberán prestar declaración indagatoria, paso previo a una eventual imputación formal.
La investigación dejó al descubierto no solo un entramado local de venta ilegal de armas, sino también el rol de Tucumán como punto de abastecimiento en una red de contrabando internacional, en un contexto regional marcado por el avance del crimen organizado.




