Desde hace unos días ha estado circulando una serie de videos de una joven tiktoker tucumana en el cual denuncia públicamente la existencia de un grupo de Telegram donde se difunden fotos privadas y datos personales de mujeres de la provincia. Según relató en un video publicado en su cuenta de TikTok, el chat —que llevaba el nombre “Argentina” acompañado de un candado cerrado— reunía a más de 40.000 usuarios, que compartían contenido íntimo o cotidiano de distintas chicas, sin su consentimiento.
La denunciante, identificada como @CammyCamila0, explicó que para ingresar al grupo se debía pagar una suma de dinero a los administradores o, en su defecto, aportar “material de valor”, como imágenes o videos de otras mujeres. Entre los archivos compartidos, también se incluían direcciones de domicilios, lugares de trabajo, horarios y hasta documentos personales, exponiendo gravemente la privacidad y seguridad de las víctimas.
La joven detalló que muchos de los usuarios se organizaban para conseguir información privada de mujeres tucumanas y luego compartirla entre ellos.
“No importa si la foto es sexual o no. Suben lo que sea, mientras les sirva para comerciar o intercambiar contenido”, denunció.
El video de la joven rápidamente se viralizó, superando las 180 mil visualizaciones en pocas horas. Cientos de mujeres tucumanas y de otras provincias expresaron su apoyo y compartieron experiencias similares con grupos de Telegram y otras plataformas digitales donde se difunde contenido íntimo sin consentimiento.
Varias usuarias relataron haber sido víctimas de estas prácticas y advirtieron sobre la facilidad con la que se crean estos canales y la falta de control sobre su contenido. La denuncia reabrió el debate sobre la violencia digital y la necesidad de herramientas legales más efectivas para frenar la difusión de material no consentido.
Amenazas tras la publicación del video
Tras la viralización de la denuncia publica que hizo Camila comenzó a recibir diversas amenazas por diferentes redes sociales en las que le advertían sobre la denuncia de sus cuentas y publicaciones, así también como que podría llegar a aparecer muerta porque estaba haciendo enojar a quienes forman parte del grupo.
Hasta el momento no trascendió si se radicó una denuncia formal ante la Justicia. Sin embargo, el caso ya generó repercusión en redes y abrió el debate sobre la falta de controles en plataformas como Telegram, donde la difusión de contenido íntimo ocurre sin límites ni sanciones efectivas.