El insólito intento de contrabando fue frustrado en el aeropuerto de Suvarnabhumi, en Tailandia, cuando un ciudadano de Sri Lanka fue detenido al intentar sacar del país tres pitones bola escondidas en su ropa interior. El hecho encendió las alertas de las autoridades locales y reavivó el debate sobre el tráfico ilegal de especies protegidas.
El arresto se produjo gracias a una operación conjunta entre diversas agencias tailandesas, incluyendo el Centro de Inteligencia sobre Delitos contra la Vida Silvestre, la Policía Real y el personal de Aeropuertos de Tailandia (AoT). Según informó el Bangkok Post, el sospechoso, identificado como Sheehan, ya contaba con antecedentes por delitos similares en su país de origen.
La detención fue realizada luego de que el pasajero completara su check-in en Thai Airways, tras arribar al aeropuerto en taxi alrededor de las 18:00. Basados en información recibida con antelación, los funcionarios solicitaron una revisión especial. Aunque el equipaje no presentó irregularidades en los rayos X, una inspección corporal adicional permitió encontrar una bolsa de red en su ropa interior, donde se ocultaban las tres pitones.
Las serpientes incautadas son de la especie pitón bola (Python regius), incluida en el Apéndice II del convenio CITES, lo que significa que su comercio internacional está regulado y requiere permisos específicos. La posesión y transporte sin autorización constituye una violación a la Ley de Conservación y Protección de la Vida Silvestre de Tailandia, así como a varias secciones de la Ley de Aduanas, que regulan el traslado de mercancías no declaradas.
El historial delictivo de Sheehan jugó un rol clave en la investigación. Según el director del Centro de Inteligencia sobre Delitos contra la Vida Silvestre, Polavee Buchakiat, el hombre había sido arrestado previamente en Colombo por traficar animales como lobos, cacatúas negras, suricatas, petauros del azúcar, iguanas, ranas y tortugas. La reincidencia delictiva fue considerada al momento de formalizar su detención.
Las autoridades tailandesas informaron al acusado sobre las infracciones cometidas y procedieron a su detención formal, mientras continúan los interrogatorios para esclarecer la existencia de posibles cómplices o redes de tráfico más amplias.
El operativo fue destacado por su precisión y coordinación entre agencias, y se considera un ejemplo del fortalecimiento de los controles sobre el comercio ilegal de fauna en la región. Las investigaciones siguen en curso, y se evalúa la responsabilidad de otros implicados en la red de contrabando internacional.