El consumo lleva 20 meses consecutivos entre fuertes caídas y repuntes insignificantes. Los supermercados e hipermercados están frente a una gran incertidumbre: qué pasará con las elecciones y si un resultado u otro beneficiará o perjudicará a diciembre, que suele ser el mes de mayores ventas, pero que hasta ahora es una incógnita y no da signos esperanzadores.
“Un buen diciembre puede salvarte el año”, resumió un referente de una cadena de supermercados. Navidad, Año Nuevo, las juntadas de fin de año y las vacaciones son motores que hacen que el último mes del año suela ser un boom de ventas. Pero esa realidad quedó trunca en 2024, cuando los centros de compra registraron una caída mensual del 17,9% y el año terminó con un desplome del 13,9%, según la consultora Scentia.
Para el 2025, “no hay ningún dato objetivo que permita pensar que puede ser mejor que 2024″, planteó otro empresario del consumo masivo. De acuerdo a la misma entidad de estadística, la medición actual acumula un 1,2% y se espera que al mes 12 el total sea del 2%. Una pizca de recuperación y el síntoma de una combinación entre salarios planchados, la pérdida de empleo y la competencia que le hacen la suba de los servicios y otros gastos inflexibles al bolsillo.
En este contexto, el presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Tucumán, Guillermo Saccomani, aseguró que la situación del rubro es “muy difícil, muy complicada y este sistema ayuda bastante a aumentar las ventas en los supermercados, pero hoy en la actualidad estamos en una estanflación”.
Además agregó que “esta situación es complicada. Vienen habiendo bajas mes a mes, momentos complicados y de gran incertidumbre. Estamos en un proceso de inflación con recesión», señaló.
Las elecciones, una gran incógnita
No hay pistas de qué puede pasar con las ventas luego de lo que ocurra en los comicios del 26 de octubre. Si se dispara el dólar, las grandes superficies creen que de todas formas el comportamiento del consumidor ya cambió. “Las listas nuevas de precio aparecen todo el tiempo, el tema es si la gente tiene plata o no en el bolsillo, ese es el indicador”, señaló un referente del consumo masivo.

El ingreso disponible —lo que queda después de pagar los gastos fijos— de las familias está más acotado. Según datos de Empiria, los primeros seis meses del 2025 se ubicó un 1% por encima de diciembre de 2024, pero todavía está 7% por debajo de noviembre de 2023 y es más la caída, de un 10%, para las población más vulnerable. En ese escenario, los supermercados se acostumbraron a perder márgenes de rentabilidad para evitar traslados a precios de stocks que, si están muy caros, no van a vender.
Mientras, las listas de precios siguen apareciendo semana a semana. En distintos rubros y con diferentes porcentajes. Por la volatilidad del dólar de agosto, los mayoristas recibieron listas de precios con aumentos que oscilan entre el 2,7% y el 8%, afectando especialmente a aceites, galletitas, yerba mate (donde la variación es mayor según la marca), alcohol etílico y golosinas.
La Cámara Argentina de Supermercados apuntó la semana pasada contra este tipo de incrementos especulativos, y pidió a los proveedores que buscaron cobertura por la incertidumbre cambiaria que se retrotraigan las subas. El mensaje estuvo focalizado en yerbateras, aceiteras y algunos molinos harineros, que hicieron remarcaciones de hasta 7%.
Pero lo que más golpea a las ventas es que hubo baja de promociones y dinámicas comerciales por parte de la industria. “Es una especie de aumento sin lista”, explicó un supermercadista a este medio.