Los resultados electorales en la Capital tucumana dejaron al descubierto una realidad que incomoda al oficialismo: La Libertad Avanza se impuso por más de 12.000 votos en circuitos históricamente peronistas. Nombres de dirigentes quedaron expuestos en los distritos donde el PJ perdió terreno.
La intendenta Rossana Chahla intentó relativizar el golpe: “La Capital es antiperonista, pero eso puede cambiar con trabajo y tiempo. No me siento responsable de la derrota”, dijo. Pero sus palabras no calmaron las aguas. Al contrario, encendieron una interna que ya venía acumulando tensiones.

El posteo que desató la tormenta
Domingo Amaya, ex intendente y actual titular del Ente de Turismo, publicó una placa con el escudo del PJ y una frase que sonó a misil directo:
“Años donde el peronismo ganó en Capital cuando trabajó de manera orgánica y sin personalismos: 2005, 2007, 2009, 2011 y 2013. ¿Se entiende?”

El posteo de Domingo Amaya que generó controversia en el PJ tucumano.
La respuesta desde el entorno de Chahla fue inmediata y furiosa. Luciano Chincarini, secretario de Servicios Públicos, lo tildó de “traidor” y recordó su paso por Juntos por el Cambio. Alejandro Sangenis, subsecretario de Gobierno, fue más allá: “El verdadero vampiro de la política que sólo busca cargos públicos y beneficios personales”.
Amaya, lejos de retractarse, redobló la apuesta: “Lo que dije es verdad. La Capital no es antiperonista. Que se ponga el saco quien quiera ponérselo”.
Repercusiones institucionales
Mientras se cruzaban acusaciones, el municipio enfrentó protestas internas en áreas sensibles como Tránsito, donde empleados denunciaron persecución laboral y abuso de poder. La tensión política se trasladó a la gestión, y el desgaste se volvió visible.
¿Quién paga el costo político?
La derrota en la Capital no sólo afecta a Chahla. También pone en jaque a los punteros del PJ que no lograron retener sus territorios. La falta de renovación, el desgaste de figuras históricas y la desconexión con el electorado urbano son señales que el peronismo no puede ignorar.




