Durante los primeros 22 meses de la gestión de Javier Milei, los salarios y jubilaciones enfrentaron una batalla desigual contra la inflación. Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), dirigido por Nadín Argañaraz, revela que los empleados públicos fueron los más golpeados: perdieron un 14% de poder adquisitivo desde noviembre de 2023.
En contraste, los jubilados que cobran el haber sin bono lograron una mejora real del 10%. Sin embargo, quienes perciben la mínima con el bono de $70.000 sufrieron una pérdida del 5%, debido a que el bono no se actualiza y pierde valor con cada mes de inflación.

Los asalariados privados formales lograron mantenerse estables, pero lejos de recuperar terreno. En enero de 2024, los estatales llegaron a perder hasta un 22% de su ingreso real, mientras que los jubilados tocaron su piso en febrero, con una caída del 30%.
La comparación con 2017 es aún más dramática. Los jubilados sin bono acumulan una pérdida del 41% respecto a ese año, los empleados públicos del 33% y los privados formales del 20%. Para volver a esos niveles, se necesitarían aumentos de entre el 30% y el 70%.
El informe concluye que la recuperación salarial dependerá de la evolución de la inflación y de la capacidad del Estado para ajustar ingresos de forma sostenida. Por ahora, el ajuste muestra ganadores muy puntuales y perdedores masivos.