La investigación comenzó cuando la víctima notó una disminución progresiva en sus ahorros en dólares. Sospechando de un hurto interno, decidió instalar una cámara de seguridad en su casa.
Las imágenes confirmaron que la empleada doméstica era quien sustraía el dinero. Con esta prueba clave, el subcomisario Emanuel Zamorano y su equipo de la Unidad de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos de Yerba Buena iniciaron el operativo.
Tras realizar entrevistas y reunir evidencia, solicitaron el allanamiento del domicilio de la acusada, ubicado en calle Entre Ríos 2800. El procedimiento arrojó resultados contundentes: se secuestraron 11.000 dólares en efectivo, electrodomésticos, motocicletas, bicicletas y otros bienes que la mujer habría adquirido con el dinero robado.
La detenida será presentada ante la fiscalía para enfrentar cargos por hurto, y se confirmó que ya había sido allanada en agosto por un delito similar.
Este caso expone cómo la confianza depositada en el entorno doméstico puede convertirse en una vía para delitos silenciosos pero sostenidos. La rápida acción policial permitió recuperar gran parte del dinero y los bienes, y avanzar con la imputación correspondiente.