La celebración navideña en Famaillá se vio empañada por un nuevo hecho de inseguridad. El sábado por la noche, en pleno desarrollo de las actividades en la Plaza General San Martín, delincuentes robaron una motocicleta mientras una multitud participaba del evento.
El hecho ocurrió en un contexto de alta concurrencia, lo que habría facilitado el accionar del o los autores del robo. La moto sustraída es una Honda Wave 110, modelo 2022, de color blanco, dominio A1690JV.
El damnificado advirtió la ausencia del rodado en medio de la multitud y, de inmediato, comenzó a difundir los datos del vehículo con la esperanza de recuperarlo. Desde su entorno pidieron la colaboración de los vecinos y recordaron que cualquier información puede comunicarse de forma directa y confidencial al 381 348-2753 o a la dependencia policial más cercana, en el marco de la investigación en curso.
Vuelve el debate por los cuidadores informales
El episodio reavivó una polémica que se repite en cada evento masivo: la presencia de cuidadores informales de vehículos, conocidos popularmente como “trapitos”. Según relataron vecinos y asistentes, al estacionar en las calles aledañas a la plaza suelen encontrarse con personas que ofrecen “cuidar” autos y motos a cambio de un pago.
La situación genera preocupación, ya que no existe claridad sobre si estas personas cuentan con algún tipo de habilitación, control oficial o responsabilidad ante hechos delictivos como el ocurrido el sábado.
Además, muchos conductores expresan dudas sobre qué sucede cuando deciden no abonar el aporte solicitado y si esa negativa puede derivar en situaciones de incomodidad o temor, especialmente en contextos de gran concurrencia como los festejos navideños.
Sin regulación ni control
Desde el plano institucional, se remarcó que no existe una ordenanza municipal que regule formalmente la actividad del cuidado de vehículos en la vía pública en Famaillá. Tampoco hay un sistema de habilitación ni de fiscalización específico.
De este modo, cada nuevo hecho de inseguridad ocurrido en la zona vuelve a poner en evidencia una problemática que se repite y que, hasta el momento, carece de una respuesta normativa clara, mientras vecinos y visitantes reclaman mayor control durante eventos multitudinarios.



