La reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional incluye la regulación de los repartidores y conductores de plataformas como Rappi, PedidosYa, Cabify y Didi, sin que esto implique una relación de dependencia. Según el proyecto, los prestadores de estos servicios serán considerados trabajadores independientes, con libertad para conectarse cuando quieran y aceptar o rechazar pedidos sin consecuencias. Además, deberán inscribirse como contribuyentes ante ARCA, realizar aportes como monotributistas y contar con cuenta bancaria o billetera electrónica para recibir pagos.
Crítica desde Sitrarepa
Ezequiel Miqueas, secretario de juventud del Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación (Sitrarepa), cuestionó duramente la propuesta:
“Lo que plantea para los repartidores, que hoy estamos en una situación crítica y en total abandono por parte de las empresas y del Estado, es un fraude laboral porque no nos reconocen como trabajadores. Es una contrarrevolución laboral, un fuerte ataque que quiere cambiar todas las relaciones entre trabajadores y empresas”.
Miqueas agregó que la reforma es regresiva y no trae beneficios ni para repartidores ni para el conjunto de los trabajadores:
“No tiene nada de moderno que las empresas decidan pagarnos en especies o alimentos. Pretender retrotraer las relaciones laborales a 200 años atrás ataca derechos básicos: salario, vacaciones, huelga y organización sindical”.
Una reforma “a medida de las empresas”
El sindicalista destacó el inciso F del artículo 1 del proyecto, que “inaugura la categoría de repartidores independientes y excluye a los trabajadores de plataformas de la categoría general de trabajadores”. Según Miqueas, la iniciativa está hecha a medida de empresas como Rappi, PedidosYa o Mercado Libre y no aporta ningún beneficio real:
“Es completamente erróneo hablar de modernización. Nuestra posición es de rechazo profundo, y por eso convocamos a movilizarnos hoy en la marcha”.
Jornadas extremas y riesgos laborales
Actualmente, los repartidores enfrentan jornadas extenuantes de más de 70 horas semanales para llegar a fin de mes. Muchos no se toman vacaciones durante años y sufren accidentes diarios en las calles, mientras las empresas no se hacen cargo.
“Hoy un repartidor tiene que completar 800 pedidos mensuales solo para sobrevivir. Esta reforma no soluciona nada, solo profundiza la precarización laboral”, concluyó Miqueas.




