Sembrar en primavera permite anticipar una floración espectacular en verano y prolongar la belleza del jardín hasta el otoño. Según la especialista en jardinería Paquita Romano, la elección adecuada de especies y el método de siembra son determinantes para obtener flores saludables y duraderas.
Entre las variedades recomendadas se encuentran cosmos, zinnias, celosías, alelíes, conejitos y amaranto, que comienzan a florecer entre diciembre y enero y pueden extenderse hasta marzo o incluso junio.
Diferentes métodos de siembra
Romano explicó que, aunque se puede optar por la siembra directa en el cantero, esta práctica no es aconsejable cuando se dispone de pocas semillas. El riesgo de plagas como los caracoles y las condiciones climáticas adversas pueden afectar el proceso.
Por eso, recomendó el método de almácigo, que consiste en sembrar en pequeños recipientes protegidos antes de trasplantar las plántulas al sitio definitivo. Este procedimiento asegura mayor control del crecimiento inicial y evita pérdidas.
Además, la experta subrayó la importancia de mantener los almácigos bajo techo para protegerlos de la lluvia y de evitar el sol directo durante la germinación. Recordó también que existen semillas fotoblásticas negativas, que necesitan oscuridad, y fotoblásticas positivas, que requieren luz, aunque nunca exposición solar directa.



Flores en casa: belleza y funcionalidad
Romano alentó a incorporar flores en la huerta para aprovechar espacios vacíos y evitar la compra de ramos. “Es increíble tener una casa con flores en todos los lugares, y más aún cuando las cultivaste vos mismo”, afirmó.
Entre las especies útiles tanto en primavera como en otoño, destacó los alelíes y conejitos, ideales para floreros y ramos. “El alelí tiene un perfume increíble y soporta heladas si se germina con anticipación”, explicó.
Finalmente, recordó que la jardinería combina técnica y naturaleza, por lo que siempre existe un margen de imprevistos que invita a la paciencia y la adaptación.