El Gobierno nacional enfrenta horas decisivas en el Congreso: la sanción del Presupuesto 2026 peligra tras el descubrimiento de un fuerte ajuste al sistema educativo y científico incluido en el artículo 30 del proyecto. Senadores aliados al oficialismo advirtieron el recorte y evalúan modificarlo, una jugada que obligaría a que la ley vuelva a la Cámara de Diputados, sin margen de tiempo para aprobarla antes de fin de año.
La situación encendió las alarmas en la Casa Rosada, ya que la ley exige que el Presupuesto se sancione en el año previo a su ejecución. Sin esa aprobación, el Ejecutivo quedaría sin herramientas clave para el manejo financiero de 2026.
El artículo que desató la crisis
Durante el debate en Diputados se logró eliminar el artículo 75, que derogaba las leyes de financiamiento universitario y de discapacidad. Sin embargo, el artículo 30 fue aprobado y pasó casi inadvertido hasta que senadores radicales y aliados detectaron que allí se establece un recorte profundo.
Ese artículo elimina el piso del 6% del PBI para Educación, el 1% para Ciencia y Tecnología, los recursos destinados a Educación Técnica y también fondos vinculados a Defensa. Además, incluye préstamos del BID para provincias y un aumento moderado para universidades, rechazado por rectores que cuentan con una ley vigente y una cautelar judicial favorable.
El reloj corre y el Congreso se vacía
Si el Senado introduce cambios, el Presupuesto debería volver a Diputados para ser tratado entre el 29 y el 30 de diciembre. Desde el oficialismo advierten que eso es casi imposible. “Ya nos licenciaron, hay diputados que se fueron de vacaciones”, admitió un legislador libertario.
A este escenario se suma otra dificultad: la sesión prevista para el viernes 26 de diciembre en el Senado también está en duda. “Hay senadores que no consiguen vuelos para viajar a Buenos Aires en Navidad”, reconoció un senador aliado.
El plan B del oficialismo
Ante el riesgo de no llegar a tiempo, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ordenó analizar antecedentes. Encontraron uno clave: en 2002, el entonces presidente Eduardo Duhalde logró sancionar el Presupuesto recién en marzo, tras el colapso institucional de 2001.
En esa línea, un diputado libertario confirmó que Menem ya maneja dos fechas alternativas para sesionar si el Senado modifica el texto: el 30 de diciembre o incluso el Día de Reyes.
Por qué el Presupuesto es vital para el Gobierno
El Ejecutivo necesita con urgencia la aprobación del Presupuesto para contar con autorizaciones para tomar deuda y dejar firme la derogación del “candado” a los canjes de deuda, incorporada por Luis Caputo. En 2026 vencen más de USD 14.000 millones, y sin el Presupuesto el Gobierno no podría refinanciar esos compromisos.
Por eso, la ministra Patricia Bullrich se mueve contrarreloj para garantizar los 37 votos necesarios en el Senado. El desenlace es incierto. Incluso el jefe del bloque peronista, José Mayans, admitió que “no hay certezas”.
Tensión política y presión de gobernadores
Dentro del peronismo federal, el bloque Convicción Federal, liderado por Fernando Salino, analiza una estrategia para modificar el artículo 30. El espacio mantiene conversaciones con otros senadores y planea nuevas reuniones para definir una postura común.
La oposición enfrenta un dilema: por un lado, los reclamos de gobernadores; por otro, la presión de docentes y sectores educativos movilizados por el recorte. El oficialismo podría blindar la votación por capítulos, obligando a aceptar o rechazar el texto completo, una estrategia ya utilizada en Diputados.
Un escenario límite
El antecedente más cercano de un Presupuesto aprobado fuera de término fue el de 2002. En otros casos, como en 2009 con Cristina Kirchner o en 2021 con Alberto Fernández, se optó por la prórroga del Presupuesto anterior.
El presidente Javier Milei ya gobernó con presupuestos reconducidos en 2024 y 2025, pero ahora el escenario es más delicado. Sin la ley, el Gobierno quedaría sin margen para manejar la deuda y sostener su plan económico.




