La renuncia de Guillermo Francos como jefe de Gabinete no es un simple movimiento administrativo: es una señal política de alto voltaje. En un contexto de tensiones internas, desgaste institucional y negociaciones trabadas, Javier Milei decidió reconfigurar su círculo de poder, empoderando a Karina Milei, a Santiago Caputo y promoviendo al vocero Manuel Adorni como nuevo jefe de Gabinete.
Este cambio se produce tras semanas de rumores y fricciones dentro del oficialismo, y en paralelo a una cena clave entre Milei y Mauricio Macri en Olivos. Aunque ambos líderes compartieron mesa y milanesas, no lograron sellar un acuerdo político concreto. Macri planteó críticas y propuestas, pero Milei no ofreció garantías ni concesiones. El resultado: una foto sin pacto, y un gabinete que se aleja del PRO.

¿Qué busca el Gobierno con estos movimientos?
- Concentrar poder en el núcleo duro libertario, desplazando figuras que actuaban como puentes con otros espacios políticos.
- Reforzar la figura de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, como articuladora clave del nuevo esquema.
- Instalar un perfil comunicacional en la gestión, con Adorni como jefe de Gabinete, lo que sugiere una apuesta por la narrativa pública más que por la negociación política tradicional.
- Cerrar filas ante la segunda etapa del mandato, tras la victoria electoral y en medio de una calma cambiaria que podría ser efímera.
El Gobierno se aleja de la lógica de coalición que había insinuado con el PRO y otros sectores. La falta de acuerdo con Macri refuerza esta lectura. La salida de Francos y Catalán (Interior) deja vacantes sensibles en áreas de articulación federal. Esto podría dificultar el diálogo con gobernadores, aunque Milei logró una foto con varios de ellos recientemente. La interna libertaria se ordena, pero a costa de reducir el margen de maniobra institucional. El ascenso de figuras leales al presidente puede generar mayor cohesión, pero también menos apertura.

¿Qué puede pasar de ahora en más?
- Mayor verticalismo en la toma de decisiones, con Karina Milei como figura clave y Adorni como ejecutor comunicacional.
- Reformas por decreto o vía parlamentaria con aliados circunstanciales, sin depender de acuerdos estables con el PRO.
- Tensión con sectores opositores y gobernadores, si no se recompone el Ministerio del Interior con una figura dialoguista.
- Posible reconfiguración del gabinete en diciembre, cuando Bullrich y Petri dejen sus cargos para asumir como senadores.
En síntesis, Milei apuesta por un gabinete más cerrado, más fiel y más enfocado en sostener su narrativa libertaria. La salida de Francos no es una pérdida, sino una redefinición del poder. El presidente no busca consensos amplios, sino eficacia interna. Y en ese camino, la relación con Macri queda en suspenso, mientras el país espera definiciones sobre reformas, gobernabilidad y rumbo económico.




