La reciente consagración de Estudiantes de La Plata en el Torneo Clausura volvió a quedar envuelta en la controversia, esta vez por el debate que se reavivó en torno al “pasillo de espaldas” que el plantel del Pincha realizó ante Rosario Central y la sanción posterior que recibió el club. El tema derivó en un intenso cruce televisivo entre el presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, y el ex campeón del mundo Oscar Ruggeri.
Verón se refirió al episodio en el programa F90 de ESPN, donde defendió la postura adoptada por el club y cuestionó el reconocimiento de campeón de Liga que la AFA le otorgó a Rosario Central. “No da lo mismo ganar una estrella a que te la den porque se le ocurre a alguien”, afirmó el dirigente, marcando su desacuerdo con la decisión dirigencial y el contexto en el que se produjo el homenaje.
Sobre el pasillo de espaldas, Verón explicó que el gesto fue informado previamente y que no tuvo la intención de faltar el respeto al rival. “No fue en contra de Central y si lo tomaron así les pedimos disculpas. El mensaje era otra cosa”, sostuvo. Además, remarcó que la sanción que recibió —que incluyó una suspensión por seis meses— tuvo un impacto interno positivo. “Puertas adentro generó un efecto importante, nos unió como club detrás de un objetivo común”, señaló.
Las declaraciones reavivaron las críticas de Ruggeri, quien semanas atrás había cuestionado públicamente la protesta del equipo platense. “Yo no lo hubiese hecho. Entre los jugadores nos tenemos que respetar. No hubiese aceptado pararme y darme vuelta”, sostuvo el ex defensor, y volvió a destacar la figura de Ángel Di María, a quien consideró merecedor de homenajes por su trayectoria, aunque no de un título.
Ante esos planteos, Verón redobló la apuesta y profundizó su postura. “Un reconocimiento es una cosa, un título es otra. No puede dar lo mismo. Si empezamos a trastocar las cosas y a llevarlas para el lado que le conviene a alguien, se le falta el respeto al torneo y al fútbol”, argumentó. En ese sentido, apuntó a las responsabilidades dirigenciales y sostuvo que se expuso innecesariamente a los jugadores.
El cruce continuó cuando Ruggeri insistió en que el gesto fue una falta de respeto entre futbolistas, mientras que Verón replicó que la falta de respeto fue “recibir un torneo que no lo es” y obligar a otros equipos a participar de un acto que, según afirmó, nunca fue obligatorio. “Detrás del pasillo hay un significado de honor y representación, pero sobre algo que está falseado”, expresó.
Finalmente, el presidente de Estudiantes cuestionó la falta de respaldo al plantel en medio del conflicto y apuntó al rol de Agremiados. “El plantel fue el perjudicado. Nadie se solidarizó con los muchachos. Me parece muy sesgado a veces el análisis”, concluyó.
La polémica, lejos de cerrarse, volvió a exponer las tensiones en el fútbol argentino entre decisiones dirigenciales, gestos simbólicos y el debate sobre el verdadero valor de los títulos.



