Cada año, el lenguaje funciona como un termómetro social. Algunas palabras se repiten tanto que dejan de ser simples términos para convertirse en señales de época. En 2025, las dos instituciones lingüísticas más influyentes del mundo eligieron vocablos distintos, pero profundamente conectados con el clima global: “arancel”, según la FundéuRAE, y “rage bait”, de acuerdo con la Universidad de Oxford.
Ambas elecciones permiten trazar una radiografía del año que termina: tensiones económicas, disputas comerciales y una conversación pública cada vez más atravesada por la indignación digital.
“Arancel”, la palabra del año para la RAE
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), patrocinada por la Agencia EFE y la Real Academia Española, anunció su elección en un acto oficial presidido por la reina Letizia de España. El término “arancel” se impuso por su uso sostenido y creciente en la cobertura periodística y en el debate político y económico internacional.
La palabra ganó centralidad a partir de la guerra arancelaria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que reactivó tensiones comerciales con impacto directo en América Latina, China, Canadá y la Unión Europea. De pronto, un concepto habitual de los manuales de economía pasó a dominar titulares, informes y discusiones cotidianas.
Según el Diccionario de la Lengua Española, un arancel es una tarifa oficial que regula derechos en aduanas y otros servicios. Sin embargo, en 2025 el término amplió su alcance simbólico: comenzó a representar conflictos geopolíticos, negociaciones internacionales y posibles efectos sobre la inflación, el empleo y el crecimiento económico.
“Rage bait”, la elección de Oxford
En paralelo, la Universidad de Oxford puso el foco en el universo digital y eligió “rage bait” como la expresión del año. Traducida como “carnada para provocar ira”, la frase describe contenidos diseñados específicamente para generar enojo y multiplicar interacciones en redes sociales.
Según Oxford University Press, el uso del término se triplicó durante los últimos doce meses, una señal clara de cómo cambió la lógica de la conversación online. Si durante años el objetivo fue atraer clics mediante la curiosidad (el clásico clickbait), hoy la atención se disputa a partir de la indignación.
Opiniones exageradas, frases provocadoras y comparaciones extremas funcionan como combustible para los algoritmos. “El impacto emocional desplazó a la información como motor principal del debate digital”, explicó Casper Grathwohl, presidente de Oxford Languages.
La expresión se impuso frente a otras finalistas como “aura farming” (la construcción deliberada de una imagen carismática) y “biohack”, vinculada a prácticas para optimizar el cuerpo y la mente.
Dos palabras, un mismo clima
Así, “arancel” y “rage bait” resumen dos caras del mismo 2025: una atravesada por la economía global y las disputas comerciales, y otra dominada por redes sociales, algoritmos y emociones extremas.
Desde lo lingüístico, ambas elecciones reflejan un año marcado por la confrontación, el enojo y la tensión permanente, tanto en los mercados como en la conversación pública. Palabras que no solo nombran la realidad, sino que ayudan a entenderla.




