La disputa entre los clanes Ale y “los Gardelitos” se intensificó tras un tiroteo en Tafí Viejo, protagonizado por Facundo Ale y Javier “Chucky” Casanova. La violencia escaló cuando familiares de Casanova habrían amenazado al gobernador Osvaldo Jaldo y a altos mandos policiales a través de redes sociales. En respuesta, la Policía desplegó más de 11 allanamientos en barrios de Tucumán, secuestró armas de guerra, drogas y detuvo a 10 personas.
El fiscal Mariano Fernández imputó a Casanova por abuso de armas y tenencia ilegal. Mientras tanto, Facundo Ale permanece prófugo, aunque sus abogados aseguran que se presentará ante la Justicia. Las autoridades intensificaron los operativos en zonas vinculadas al clan Ale, incluyendo la Ciudadela, donde demoraron a 22 personas.
Jaldo respondió con dureza: “Se acabó la joda en Tucumán”, y prometió avanzar contra las estructuras económicas del narcotráfico. La ofensiva incluye el secuestro de bienes de alto valor y la coordinación con fuerzas federales.
La trama revela una guerra narco, que pone a prueba la capacidad del Estado para desarticular redes criminales históricas.