El lunes 8 de septiembre, el mundo del periodismo y la música urbana recibió una noticia que sacudió sus cimientos: falleció Juan Ortelli, periodista, escritor y exdirector de la revista Rolling Stone Argentina. Tenía 43 años y murió por causas naturales, según confirmó su hermano a través de un emotivo mensaje en Instagram.
Ortelli fue una figura central en la difusión del rap en español. Desde sus primeras crónicas en 2004, donde narraba el surgimiento de las batallas callejeras, hasta su rol como jurado en competencias como Red Bull Batalla de los Gallos, su voz se convirtió en referencia obligada para entender el fenómeno del freestyle en América Latina.
Rolling Stone y el impulso a la cultura urbana
Con apenas 29 años, Ortelli asumió la dirección de Rolling Stone Argentina. Desde ese lugar, promovió la visibilidad de géneros emergentes y artistas que luego se consolidarían en la escena. Su estilo narrativo, vibrante y lleno de ritmo, reflejaba el pulso de la cultura urbana que tanto amaba.
Además, fue cofundador de la Liga Bazooka, una plataforma que revolucionó el formato de batallas escritas y convocó multitudes en escenarios como el Luna Park. Su trabajo editorial y su compromiso con el hip hop lo posicionaron como un puente entre el periodismo tradicional y las nuevas generaciones.

Reacciones del mundo artístico y legado emocional
La noticia de su muerte generó una ola de mensajes de afecto y reconocimiento. Músicos como Tweety González y Emmanuel Horvilleur expresaron su dolor en redes sociales. Pablo Plotkin, colega y amigo, lo recordó como “un periodista extraordinario, apasionado como pocos”.
Por otro lado, Ortelli trabajaba en un libro sobre la historia del rap en español, que prometía ser una obra definitiva sobre el género. Aunque no llegó a publicarlo, su legado queda impreso en cada nota, cada entrevista y cada batalla que ayudó a construir.
El impacto de Juan Ortelli en el rap en español
Ortelli no solo documentó el crecimiento del rap en español: lo vivió, lo impulsó y lo transformó. Su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también una huella imborrable en la cultura urbana. Fue, sin duda, un narrador esencial de una generación que encontró en el freestyle su voz más auténtica.