La presión financiera sobre los hogares argentinos no da tregua. Según el último Informe sobre Bancos del Banco Central (BCRA), la morosidad de las familias alcanzó en septiembre un récord histórico, impulsada principalmente por los préstamos personales y las tarjetas de crédito.
Se trata del 11° aumento consecutivo en la irregularidad crediticia de los hogares, que pasó del 6,6% al 7,3%, el nivel más alto desde que el BCRA comenzó a relevar estos datos en enero de 2010.
Los préstamos personales registraron la mayor suba, escalando del 8,2% al 9,1%, mientras que la morosidad de las tarjetas de crédito trepó del 6,7% al 7,4%. Los préstamos prendarios también mostraron un leve aumento, aunque los créditos hipotecarios se mantuvieron estables en un 0,9%, una cifra significativamente baja respecto de otras líneas de financiamiento.
El informe destacó que las empresas también experimentaron un incremento en la morosidad, aunque más moderado: del 1,4% al 1,7%, principalmente en los créditos con garantía prendaria.
Si se consideran en conjunto a familias y empresas, la irregularidad crediticia general subió del 3,7% al 4,2%. Este nivel no se registraba desde inicios de 2022, evidenciando un deterioro gradual pero sostenido en la capacidad de pago del sector privado.
Los analistas advierten que el contexto de tasas de interés elevadas y la presión inflacionaria continúan afectando la salud financiera de los hogares, lo que podría profundizar la morosidad en los próximos meses si no se implementan medidas de alivio crediticio.




