Oscar Mirkin volvió a sentarse en el sillón presidencial de San Martín y lo hizo con un mensaje que resonó fuerte entre los socios: “San Martín está en crisis; le pido paciencia a la gente”. Así abrió su segundo mandato, después de haber conducido al club entre 2014 y 2017. Esta vez deberá completar el período que dejó vacante Rubén Moisello, con fecha de cierre en junio de 2027. En su mesa chica lo acompañan Rafael Ponce de León como vicepresidente primero y Nicolás Nasrallah como vicepresidente segundo.
El dirigente contó que su grupo viene realizando un análisis interno desde hace dos meses y que el panorama encontrado es preocupante. Aseguró que intentó colaborar con la comisión saliente antes de decidir competir, pero nunca pudo concretarse. “Pedimos participar, aportar ideas, abrir el club. Lamentablemente no se pudo”, lamentó. Y adelantó que su gestión será distinta: “Queremos una comisión directiva abierta”.
Con la victoria confirmada, los socios lo alzaron en andas en el playón del club. Ya oficialmente presidente, Mirkin adelantó los primeros pasos de su plan. El foco principal será el fútbol profesional y, según reconoció, antes de la elección ya habían mantenido contactos informales con entrenadores, directores deportivos y jugadores. Entre los nombres que suenan aparecen Luis García (ex Atlanta) y Leandro Gracián (Deportivo Madryn), aunque la dirigencia analiza más alternativas.
El proyecto busca ordenar y profesionalizar la estructura: una dirección deportiva sólida, una subcomisión de fútbol activa y un cuerpo técnico alineado al modelo que pretende la nueva conducción. En paralelo, Mirkin advirtió que la situación económica es delicada. “Los recursos son escasos”, dijo. Aunque aclaró que ya existen compromisos de financiamiento y charlas avanzadas con empresarios para enfrentar los compromisos inmediatos.
Otra línea de trabajo será fortalecer el área formativa. El presidente anticipó la creación de equipos interdisciplinarios para acompañar a los juveniles en lo social, educativo y psicológico. Además, impulsará reformas estatutarias para que filiales y peñas recuperen protagonismo en lo territorial y en la captación de talentos.
Respecto al plano deportivo, Mirkin recalcó que el torneo 2026 será largo —de febrero a noviembre— y tendrá un único ascenso. “Es una sola bala”, graficó. Si la categoría no modifica su formato, tras ese campeonato habrá un parate hasta febrero de 2027, ya cerca de las elecciones. Por eso pidió apoyo y calma: “Vamos a quemar las naves para tener lo mejor. Ojalá podamos campeonar en esta primera oportunidad”.
Antes de cerrar, dejó un mensaje para la gente: “Queremos que el socio vuelva a enamorarse de San Martín”. La nueva conducción inicia su camino con un objetivo claro: ordenar lo institucional, profesionalizar el club, estabilizar la economía y recuperar el protagonismo deportivo.



