El aristócrata británico Benjamin Slade, de 79 años y descendiente directo del rey Carlos II de Inglaterra, volvió a llamar la atención internacional por su inusual método para encontrar pareja. El multimillonario —dueño de una finca de 520 hectáreas en Somerset— decidió recurrir a Tinder para buscar una mujer joven con quien casarse y asegurar un heredero para su fortuna y su apellido.
Slade reconoció públicamente que incluso modificó su edad en la aplicación, reduciéndola a 56 años, con el objetivo de atraer más candidatas. “No creo que sea demasiado mayor para tener hijos”, afirmó durante su participación en el programa británico Millionaire Age Gap Love (Canal 5).

Un aristócrata con historia y polémicas
Miembro de una familia con linaje histórico, Slade estuvo casado durante 21 años hasta su divorcio en 1991, que —según él— se debió a “diferencias irreconciliables” y a los 17 gatos que vivían en el hogar de su exesposa.
Luego mantuvo una relación con Bridget Convey, pero la terminó porque ella era mayor de 50 años y no podía darle un heredero varón. También intentó casarse con la joven poeta Sahara Sunday Spain, pero canceló la boda a último momento.
Su vida personal no estuvo exenta de controversias: llegó a ofrecer más de un millón de euros al año a una potencial pareja dispuesta a formar una familia con él. Sin embargo, perdió dos juicios por manutención y discriminación hacia empleadas embarazadas, lo que lo obligó a pagar 179.500 euros en indemnizaciones y a poner algunas de sus propiedades en venta.

Tinder, su nueva estrategia
La idea de usar Tinder surgió por recomendación de uno de sus empleados. Desde entonces, Slade evalúa cuidadosamente los perfiles: rechazó candidatas de 58 años porque las considera “demasiado mayores” y declaró que busca mujeres menores de 40.
Además, aseguró que aún tiene tiempo y recursos biológicos para concretar su objetivo:
“Me quedan nueve meses de esperma en un banco y puedo usarlo”, dijo sin filtros.
Con casi ocho décadas, una enorme fortuna y un historial amoroso plagado de excentricidades, Benjamin Slade sigue decidido a encontrar a la mujer que quiera convertirse en su pareja… y en la futura heredera de su imperio familiar.




