Mientras los mercados encaran la recta final del año y los inversores buscan cerrar posiciones antes del intenso fin de diciembre, una preocupación inesperada comenzó a dominar las charlas del mundo financiero: la creciente tensión entre el presidente Javier Milei y el titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia.
Según un consultor de larga trayectoria en la City, sorprende que en este momento los clientes pregunten más por política que por economía, especialmente por un tema que, a simple vista, parecería doméstico: el “caso Tapia”. Sin embargo, su impacto podría ser mucho mayor.
Trump, Infantino y la sombra geopolítica del fútbol
Para analistas e inversores, el cruce entre Milei y Tapia no es un simple capítulo del folklore local. Detrás aparece un actor clave para la Argentina: Donald Trump.
La molestia del magnate republicano por el faltazo de Milei al sorteo del Mundial 2026 no pasó inadvertida. En el tablero actual, Trump juega alineado con Gianni Infantino, y este, a su vez, con Tapia. Para Washington, este engranaje es estratégico: Estados Unidos será sede del próximo Mundial —junto a Canadá y México— en plena campaña de elecciones de medio término.
En ese contexto, explican analistas políticos, Trump presta atención al fútbol como parte de su agenda internacional. Y Argentina, con su peso deportivo global y con Messi como bandera, forma parte del Top 5 de interés FIFA.
Por eso, en reuniones del sector financiero se coincidió en que lo más prudente para Milei sería bajar la tensión: un conflicto mal manejado podría afectar la relación con Trump, un actor crucial para el plan económico del Gobierno mientras no tenga acceso pleno a los mercados de deuda.
Un 2026 “bipolar” y dudas sobre el plan Milei
Más allá del ruido político, economistas y bancos empezaron a delinear el escenario 2026. La imagen que predomina es la de un año partido en tres:
- 30% a 40% de la economía con buen desempeño,
- 20% que podría “salvar los papeles”,
- y el restante 40% en zona complicada.
La proyección de crecimiento ronda un 3% promedio, sustentado en el arrastre estadístico, mientras que la inflación seguiría bajando pero aún cerca del 30% anual.
Un economista de línea ortodoxa, de los más respetados, describió la situación argentina como “complicada”, otorgando un 50/50 de probabilidades de éxito o fracaso al experimento Milei.
Presupuesto, reformas y un Congreso fragmentado
En el plano político, referentes cercanos al oficialismo aseguran que el Gobierno necesita acelerar negociaciones para aprobar el Presupuesto antes de fin de año. Después, entre enero y febrero, podría intentar avanzar con parte de la reforma laboral y algo de la tributaria.
Los gobernadores, hoy fortalecidos, son piezas centrales en este armado y podrían ayudar al Presidente a ordenar el Congreso.
Riesgo país, industria y el factor China
En cuanto al riesgo país, operadores coinciden en que el mercado ya no espera mejoras significativas en el corto plazo. Muchos fondos están priorizando estrategias de carry trade en México y posiciones largas en Brasil, alejándose del riesgo argentino.
Un dato que llamó la atención fue la defensa de la industria manufacturera realizada por uno de los economistas liberales más influyentes. Argumentó que el avance del proteccionismo global, impulsado por Trump y por el temor generalizado a la competencia china, obliga a revisar viejos prejuicios ideológicos.
Tensiones en IA y reservas: nuevas preocupaciones
En el plano internacional, operadores locales siguen con atención el movimiento de fondos en Asia, donde varias gestoras y fondos de pensión vienen rotando Bonos del Tesoro estadounidense hacia acciones de empresas de IA, un giro que podría generar turbulencias si ese mercado retrocede.
A nivel doméstico, también se comentan las diferencias entre Milei y el BCRA respecto a la estrategia de acumulación de reservas.
La influencia de Karina y el clan Menem
Finalmente, en la interna libertaria, varios observadores coinciden en que Karina Milei es la gran ganadora tras las elecciones del 26-O. Su círculo de confianza se volvió clave para gestionar el poder, con un rol cada vez más visible del clan Menem, pieza operativa en el armado político que sostiene la estrategia presidencial.
