El presidente Javier Milei regresó al país este lunes, pasadas las 7.30, luego de su breve estadía en Oslo, Noruega, donde presenció la entrega del Premio Nobel de la Paz a la dirigente venezolana María Corina Machado. Apenas aterrizó en Ezeiza, el mandatario rubricó el proyecto de reforma laboral que el Gobierno enviará al Congreso para su tratamiento en sesiones extraordinarias.
La iniciativa, presentada como un plan de “modernización laboral”, impulsa cambios estructurales en indemnizaciones, jornada de trabajo, cargas patronales y poder sindical, con el objetivo de flexibilizar las relaciones laborales y estimular el empleo privado.
Un proyecto con cambios de fondo
El Gobierno busca acelerar su análisis en comisiones del Senado, en el marco de una ofensiva para reducir regulaciones vigentes y recrear condiciones que —según la Casa Rosada— faciliten la contratación de trabajadores.
La reforma propone una baja permanente en las contribuciones patronales. Se reducen los aportes a obras sociales y a la Seguridad Social, mientras se incorpora una nueva obligación: un aporte del 3% a los Fondos de Asistencia Laboral (FAL), que financiarán los costos de despido.
Uno de los puntos centrales del proyecto es la modificación del sistema de indemnizaciones. La base de cálculo deja afuera el aguinaldo, los premios y las vacaciones. El FAL funcionará como un fondo de capitalización administrado por entidades financieras, y permitirá que las pymes paguen las indemnizaciones en cuotas.
También se flexibilizan las vacaciones, que podrán fraccionarse con un piso mínimo de siete días corridos, y se habilitan nuevas modalidades de organización del tiempo laboral, con jornadas que podrían extenderse hasta 12 horas, siempre que se respeten 12 horas de descanso.
Los bancos de horas reemplazarán gran parte de las horas extras, que se compensarán con francos. Además, se incorporan contratos a tiempo parcial.
Salarios, sindicatos y convenios: los puntos más sensibles
Otro cambio fuerte es la posibilidad de que los salarios se paguen en moneda extranjera o en especie, de manera parcial. También se introduce la figura del “salario dinámico”, vinculado a la productividad, una medida que los gremios observan como una amenaza a los pisos salariales.
En materia sindical, el proyecto termina con la cuota sindical obligatoria: ya no podrá descontarse sin autorización expresa del trabajador.
Los convenios colectivos también se transforman. Se elimina la ultraactividad, por lo que las cláusulas vencidas dejan de tener vigencia automática. Además, los convenios por empresa tendrán prioridad por sobre los sectoriales, lo que reduce el poder de negociación de las cúpulas sindicales.
La iniciativa también limita el alcance de las huelgas. Se amplía el catálogo de “servicios esenciales” y se prohíben expresamente los bloqueos o tomas de establecimientos, considerados faltas graves. Las asambleas no podrán frenar la producción ni generarán salario.
Cambios fiscales y beneficios para inversiones
El paquete se completa con una reforma tributaria que reduce las alícuotas del Impuesto a las Ganancias para empresas. Además, se crea el RIMI, un régimen destinado a medianas inversiones que abarca proyectos desde 150 mil hasta 30 millones de dólares.
El Gobierno también propone eliminar una amplia lista de impuestos internos, que van desde productos electrónicos hasta bebidas, y sumar un esquema simplificado que algunos ya denominan una “mini RIGI” para fomentar inversiones de menor escala.




