El presidente Javier Milei reunió a su Gabinete este lunes en Casa Rosada, apenas horas después de sufrir una dura derrota en las elecciones bonaerenses. El peronismo, bajo el sello Fuerza Patria, superó a La Libertad Avanza por más de 13 puntos y consolidó su dominio legislativo en la provincia. Este resultado encendió las alarmas en el oficialismo, que esperaba un respaldo mayor como termómetro social rumbo a las legislativas nacionales del 26 de octubre.
Milei no esquivó el golpe. Subió al escenario del búnker en La Plata, se abrazó con sus ministros y reconoció públicamente los errores políticos. “Tuvimos una clara derrota. Si queremos reconstruir, debemos aceptar los resultados”, afirmó con tono autocrítico. Acto seguido, convocó a sus principales funcionarios para rediseñar la estrategia electoral.
La reunión comenzó a las 9:30 y reunió a figuras clave como Patricia Bullrich, Mario Lugones, Luis Petri, Federico Sturzenegger y Mariano Cúneo Libarona. También participaron Martín Menem y Sebastián Pareja, piezas centrales en el armado político. El objetivo: ajustar el rumbo sin ceder principios.
Durante el encuentro, Milei reafirmó su modelo económico y prometió acelerar las reformas. Defendió el equilibrio fiscal, la política de desregulación y el esquema cambiario. “No retrocedemos ni un milímetro. Vamos a corregir lo que hicimos mal, pero el rumbo se confirma y se acelera”, sentenció.
El Presidente insistió en que su gestión logró reducir la inflación del 200% al 20% y sacó a 12 millones de argentinos de la pobreza. “No vamos a entregar este modelo”, aseguró. La frase funcionó como mensaje interno y externo: Milei busca blindar su núcleo duro mientras intenta recuperar terreno electoral.
Con este movimiento, el Gobierno apuesta a reordenar su discurso, reforzar la presencia territorial y evitar nuevos traspiés. La reunión en Casa Rosada marca el inicio de una etapa de ajustes, sin concesiones ideológicas pero con mayor pragmatismo político.




