Samira tiene 21 años. Vivió un calvario a lo largo de su vida. Cuando era tan solo una niña fue abusada, pero su mamá la obligó a mentir y a culpar a su padre. Durante el proceso, tuvo que declarar en cámara Gesell en varias oportunidades y mentir, mentir y mentir. Su papá fue enjuiciado, condenado y está en prisión. Hoy, habla y tiene la posibilidad de revertir esa situación.
Su testimonio es conmovedor. Samira estuvo acompañada por su tía Yamile, que sigue de cerca el proceso por el que tuvo que pasar su sobrina. Todo esto incluye detalles de violencia familiar, manipulación psicológica y omisiones judiciales que mantienen a su padre preso.