La caída interanual de 2,6% en las ventas minoristas de las pymes argentinas durante agosto reflejó un nuevo retroceso para el sector, que ya parte de una base baja de comparación. Se trata del quinto mes consecutivo en rojo. Las promociones y el financiamiento se consolidaron como herramientas clave para sostener la actividad.
De acuerdo a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en términos mensuales, la retracción fue del 2,2% respecto de julio. Sin embargo, el acumulado anual muestra un incremento interanual de 6,2%.
Entre los factores que influyeron en el desempeño de las ventas, las fechas comerciales como el Día del Niño aportaron cierto dinamismo, aunque con resultados dispares según el sector. Las operaciones presenciales predominaron ampliamente sobre las digitales, y la alta dependencia de promociones y planes de pago se consolidó como una constante.

La incertidumbre macroeconómica, la presión impositiva y las dificultades de acceso al financiamiento afectaron la planificación de stock, las inversiones y la política de precios, lo que generó un escenario de consumo contenido y estrategias orientadas a la cautela.
El comportamiento de los consumidores también mostró cambios notables. Las compras se concentraron en productos esenciales y en volúmenes reducidos, con una marcada preferencia por los comercios de cercanía. El canal online mantuvo una participación baja, mientras que el uso de promociones y financiamiento se extendió como mecanismo para sostener el nivel de operaciones. La necesidad de recurrir a créditos y planes de pago se volvió habitual, en un contexto donde la liquidez de los hogares se vio restringida.
El análisis por rubros expone diferencias marcadas. Farmacia fue el único sector que registró una variación positiva interanual, con un alza marginal de 0,2%. En contraste, los demás segmentos sufrieron caídas: bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles retrocedieron 10,4%; perfumería, 8,9%; textil e indumentaria, 4,8%; ferretería, materiales eléctricos y de la construcción, 1,9%; alimentos y bebidas, 0,9%; y calzado y marroquinería, 0,8%. Estas cifras reflejan la amplitud del impacto negativo, con la excepción de farmacia, que logró sostenerse gracias a la demanda de productos esenciales.
Expectativas de los comerciantes

De cara al futuro, el 49% de los comerciantes consultados prevé una mejora en los próximos doce meses, mientras que el 42% espera que la situación se mantenga sin cambios y solo el 9% anticipa un empeoramiento. Respecto a la posibilidad de invertir, el 58% considera que no es un buen momento, el 15% opina lo contrario y el 27% no respondió o no tiene una opinión definida.
En este escenario, la combinación de ventas por debajo de lo esperado y la necesidad de liquidez inmediata llevó a los comercios a priorizar acciones orientadas a mantener la operatividad frente a la persistente incertidumbre económica.