Los 2186 congresales de la CGT se aprestan a votar una lista consensuada que propone el triunvirato de conducción integrado por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio), pero en las últimas negociaciones hubo una baja clave: la Unión Tranviarios Automotor (UTA) mantuvo su rechazo a Jerónimo y decidió irse de la central obrera. Aunque tenían una postura similar, finalmente se quedarán Luis Barrionuevo (gastronómicos), sus sindicatos más fieles y su aliado Omar Maturano (La Fraternidad).

La fuerte objeción de la UTA a Jerónimo se fundamenta, sobre todo, en su pasado cercano a Pablo Moyano: le atribuyen haber apoyado la toma del edificio del sindicato por parte de opositores a su titular, Roberto Fernández, en diciembre de 2019, que contó con el aval del hijo mayor del jefe de Camioneros y de sus dirigentes afines, algo que niega el líder de los empleados del vidrio.
El congreso de la CGT, que se realiza en el estadio de Obras Sanitarias, comenzó en medio de tensiones por la postura firme de Barrionuevo, la UTA y La Fraternidad, que presionaron para que se votara si continuaba un triunvirato o se volvía al esquema de un solo líder.
Pero el barrionuevismo y sus aliados perdieron por abrumadora mayoría la votación a mano alzada y calmó en parte la tensión que se instaló desde temprano: es que un triunfo de Barrionuevo hubiera jaqueado el acuerdo sobre la nueva CGT alcanzado anoche entre los máximos líderes sindicales, por el cual se definió un triunvirato integrado por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio).
Ahora, con las decisiones ya tomadas por los sindicatos disidentes, los dirigentes de la CGT terminaron la lista consensuada de los 50 cargos del nuevo Consejo Directivo, donde habrá tibios indicios de renovación, que será elegido por los congresales mediante el voto secreto y obligatorio en un cuarto oscuro.
El congreso ordinario de la central obrera había comenzado poco después del mediodía y en medio de negociaciones de último momento, El primero en hacer uso de la palabra fue el anfitrión, José Luis Lingieri, que abrió la tranquera a los más jóvenes, los llamó «los apóstoles de Peron», y dejó una frase para la interna del PJ: «Somos peronistas, ni kukas ni comunistas«, pero también en respuesta a las críticas de Javier Milei y advirtiendo que van a defender los convenios colectivos y la justicia social.
Lo acompañaban la conducción saliente, integrada por Héctor Daer, Carlos Acuña y el propio Arguello. El líder de Sanidad defendió la continuidad del triunvirato pero acalló los silbidos que venían desde las gradas en contra de la postura del barrionuevismo. Al líder gastrónomico se lo vio ingresar al predio de Núñez pero no estuvo sentado en la larga mesa que albergó al consejo directivo.
Otro histórico, Andrés Rodríguez, que sigue como secretario adjunto, recién arribó al establecimiento a las 14 ya que se está recuperando de una reciente intervención.

El ex triunviro seguirá en el concejo directivo al mando de la secretaría de Interior; los representantes de Comercio, Daniel Lobera y Romina Santana, estarán en Relaciones Interiores. Hubo algunos resquemos de algunos dirigentes por la distribución de las secretarías y vocalías. Por caso, Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) dejó trascender que no aceptaría asumir la secretaría de Deportes a la que accedió por el forzado reparto devenido de las negociaciones de último momento con Barrionuevo.
En algún momento se especuló con que el tercer lugar del triunvirato podría ocuparlo una mujer, para respetar cierta proporción de género (en esa secretaría fue promovida Carla Gaudencia, de SIPREBA). Pero esa idea se desinfló los últimos días y finalmente quedó descartada. Como sea, la renovación del consejo directivo de la CGT se produce en momentos en que el Gobierno nacional intenta avanzar con una reforma laboral que podría afectar derechos adquiridos de los trabajadores.
La movilización sindical hasta el estadio de Núñez no resultó significativa: grupos de trabajadores municipales cortaban hacia el mediodía la ciclovía de avenida Del Libertador y se hacían sentir con una fuerte batucada. En los accesos al predio, también se observaron a militantes de Camioneros, UOCRA, UPCN y trabajadores del Vidrio, entre otros gremios.
Durante la prolongada asamblea hubo discursos duros: el bancario Sergio Palazzo llamó a resistir los embates de un gobierno «cruel» e incluso ir «a la calle» a repeler una eventual embestida contra el modelo sindical. Hubo reiteradas críticas a los dichos de Federico Sturzenegger en España, que adelantó que su gobierno iría «contra las estructuras del sindicalismo. Juan Carlos Schmid, de la CATT, fue uno de los que cuestionó al titular de Desregulación pero también llamó la atención por la responsabilidad de la «sociedad» que recientemente votó, en un 40%, a favor del rumbo del Gobierno.
Menos virulentos parecieron los discursos de cierre de los flamantes co-titulares de la central sindical. «Tenemos que interpelarnos también y pensar a los trabajadores que representamos con qué mundo sueñan, cuál es el mundo que quieren a ese futuro. Tenemos que mirar el futuro, no con el espejo retrovisor», dijo Sola respecto a la discusión por la denominada modernización laboral.




