La historia de horror que vivió una joven de Tafí Viejo durante más de una década volvió a sacudir a Tucumán. Federico Adrián Punturo, acusado de acosarla sistemáticamente, se arrancó la pulsera de geolocalización y desapareció. La Justicia ordenó su captura inmediata, mientras la víctima permanece bajo custodia policial.
El caso había llegado a una instancia de probation: Punturo aceptó mudarse a Santiago del Estero, someterse a tratamiento psicológico, realizar tareas comunitarias y pagar una reparación económica de $300.000. También debía abstenerse de consumir drogas, portar armas y acercarse a la víctima. Pero antes de cumplir nueve meses del acuerdo, violó las condiciones y se esfumó.
La víctima, que denunció haber sido perseguida desde hace 12 años, expresó su desesperación: “Nada me garantiza que de acá a dos meses vaya a estar viva. No sé si él va a aparecer con un cuchillo, con un arma o qué quiere”.
El querellante Patricio Char y la fiscala Adriana Reinoso Cuello solicitaron la captura y reforzar la protección de la joven. El juez aceptó el pedido, pero hasta el cierre de la edición, la Policía no logró ubicar al prófugo.
El antecedente de Paola Tacacho, también víctima de acoso y femicidio, sobrevuela el caso. “Estamos ante una situación grave. Se le dio una oportunidad y nadie sabe dónde está”, advirtió Char.