La inflación en Argentina se mantendría por encima del 2% en noviembre, consolidando una tendencia alcista que ya lleva seis meses consecutivos desde el piso de 1,5% registrado en mayo. A pesar de tratarse de un mes de baja estacionalidad, las consultoras privadas y los datos preliminares del Indec anticipan un índice que podría superar el 2,5%, impulsado por aumentos en alimentos, transporte y combustibles.
Factores que presionan los precios
- Alimentos: La consultora Eco Go estimó una suba del 0,9% semanal en las dos primeras semanas de noviembre, con fuerte incidencia de la carne, que tiene alta ponderación en el índice.
- Transporte: El boleto de colectivos en el AMBA subió casi 10%.
- Combustibles y tarifas: Hubo incrementos en nafta, luz y gas, en línea con la evolución del tipo de cambio y ajustes regulados.
Además, la inflación núcleo —que excluye precios estacionales y regulados— se ubicó en 2,2%, lo que indica que la mayoría de los precios de la economía se mueven a esa “velocidad crucero”.
El Banco Central pisa el freno
Frente a este panorama, el Banco Central decidió moderar su plan de remonetización de la economía. El presidente de la entidad, Santiago Bausili, aclaró que “no hay un ritmo de acumulación predeterminado” y que se actuará con cautela para evitar presiones inflacionarias adicionales.
El plan de acumulación de reservas vía emisión monetaria, presentado por el vicepresidente Vladimir Werning en octubre, quedaría postergado hasta que ingresen los dólares de la cosecha gruesa en abril de 2026.
¿Un freno en el mayorista?
Un dato alentador es que la inflación mayorista cayó de 3,7% a 1,1% en octubre. Según la consultora LCG, por primera vez desde mayo el índice minorista fue superior al mayorista, lo que podría indicar una recuperación de márgenes empresariales tras meses de absorber costos.
Sin embargo, esta recomposición de márgenes también podría complicar el proceso de desinflación, ya que las empresas buscarán recuperar rentabilidad en un contexto de lenta reactivación del consumo.




