La Corte Suprema de Justicia de Tucumán deberá resolver un caso complejo y de alto impacto social, luego de que una joven confesara que fue forzada por su madre a denunciar falsamente a su padre por abuso sexual. El hombre, F.R.R., de 43 años, ya cumplió casi la mitad de la condena de 13 años que le fue impuesta en 2019.
“Haré todo lo posible por la justicia, aunque me cueste la vida. Mi mamá me pegaba brutalmente para obligarme a decir que mi papá me había abusado, cuando yo le suplicaba que el verdadero culpable era un vecino”, declaró con voz quebrada S.A.R., la joven tucumana que ahora busca revertir la sentencia contra su padre.
Sus abogados, Silvia Furque y Cergio Morfil, presentaron un recurso ante el máximo tribunal provincial, en un caso que expone la manipulación materna y la fractura de una familia.
El origen de la causa
La denuncia inicial fue presentada en octubre de 2015 por E.R.P., madre de la joven y ex pareja del acusado. Según su relato, el padre había abusado de la niña cuando tenía entre 5 y 6 años. El testimonio de la menor, entonces de 15, fue clave para sostener la acusación.
En Cámara Gesell, la psicóloga Liliana Arias detectó indicadores de abuso y descartó influencia materna. Sin embargo, la joven asegura que en ese momento ocultaba los moretones de las palizas que recibía para incriminar a su padre.
En septiembre de 2019, el tribunal condenó a F.R.R. a 13 años de prisión, pese a que él clamó su inocencia y señaló que la acusación respondía a un conflicto de pareja. Desde entonces, permanece privado de libertad y separado de sus hijos.
El quiebre y la nueva denuncia
En marzo de 2021, con 16 años, S.A.R. confesó a su tía la violencia que sufría en su hogar. La mujer la rescató junto a sus hermanos y las acompañó a denunciar en la Comisaría de la Mujer, donde la joven reveló que la acusación contra su padre había sido una mentira impuesta. Desde entonces, los hermanos viven con su tía.
La joven asegura que decidió romper el silencio tras conocer la historia de Pablo Ghisoni, médico que estuvo preso tres años por una denuncia falsa de abuso y luego fue absuelto cuando uno de sus hijos confesó que había sido manipulado por su madre.
El eco de ese caso impulsó a S.A.R. a buscar justicia: “Entendí que no sanaré mientras cargue esta culpa que me atormenta. Solo diciendo mi verdad podré seguir adelante”, expresó.
Lo que viene
La Corte Suprema tucumana deberá analizar el recurso y definir si corresponde revisar la condena. El caso abre un debate profundo sobre la valoración de testimonios en procesos de abuso, la protección de la infancia y las consecuencias irreversibles que puede tener una acusación falsa en la vida de una familia.




