El debate sobre la inminente reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional escaló un nuevo nivel de tensión tras las declaraciones de Jorge Sola, integrante del triunvirato de la CGT. El dirigente sindical no solo criticó el espíritu de la iniciativa, sino que puso en duda la existencia de un texto final conocido por los actores clave del mercado de trabajo.
“Hay una mirada más ideológica sobre la reforma laboral que sobre el impacto que puede llegar a tener. Está más cerca de replicar el DNU 70/23 que de pensar cómo incorporar empleo en negro al registrado”, señaló Sola.
Críticas por falta de diálogo
La central obrera cuestionó la opacidad del proceso de redacción y la ausencia de instancias de diálogo. “Si una institución como la CGT o los empresarios no tienen noción directa sobre lo que se está escribiendo, la verdad que es un problema”, advirtió Sola.
El sindicalista apuntó contra la clase política, a la que acusó de estar desconectada de la realidad de los trabajadores: “Dicen tener la solución, cosa que dudo notablemente”.
Internas en el oficialismo
Sola también expuso diferencias dentro del Gobierno. Identificó un sector “más confrontativo”, liderado por Federico Sturzenegger, y otro “más negociador”, al que definió como el espacio donde reside la verdadera discusión.
Para la CGT, la exclusión de los representantes sindicales de la mesa de debate es un error que impide construir soluciones realistas: “Cuando hacés una reforma recae sobre los actores principales, y hoy no estamos sentados en la mesa para opinar o proponer ideas”.
La postura oficial
Desde el Gobierno aseguran que el proyecto está terminado, aunque reconocen que muy pocas figuras del Ejecutivo han tenido acceso al articulado final. La letra definitiva se habría cerrado tras la última reunión del Consejo de Mayo.
El texto se encamina ahora al Senado de la Nación, donde será tratado en las sesiones extraordinarias convocadas por la administración libertaria entre el 10 y el 31 de diciembre. La jefa de la bancada oficialista, Patricia Bullrich, ya activó negociaciones con espacios aliados para asegurar la aprobación junto al Presupuesto 2026.
Lo que viene
El cronograma legislativo prevé un parate de dos semanas en enero y la reactivación del debate entre el 19 y el 28 de febrero. Aunque Martín Menem había planteado sesionar todo el verano, las dificultades para garantizar quórum en los primeros días de 2026 modificaron la estrategia.




