Juventud Unida de Tafí Viejo vivió una jornada de terror en Río Seco tras empatar 0-0 con La Providencia. Aunque el resultado les aseguró la permanencia en Primera, la violencia estalló cuando, según publicó el sitio @tafiviejodeportivo, la Comisión Directiva local abrió los portones del estadio y permitió el ingreso de hinchas al campo de juego.
El plantel visitante se refugió en el vestuario durante más de una hora, mientras recibía una lluvia de piedras, palos y bombas de estruendo. El presidente del club, Edino Alderete, y su padre sufrieron agresiones físicas. La Policía intentó contener la situación, pero no logró frenar a los atacantes.
La intervención de algunos futbolistas de La Providencia evitó una tragedia mayor. El episodio dejó en evidencia la falta de garantías mínimas para disputar partidos en ciertos escenarios del fútbol tucumano. Desde La Providencia desmintieron las acusaciones.



