La Policía de la Ciudad secuestró 122 prendas confeccionadas con pieles de animales en peligro de extinción, durante un operativo realizado en un comercio de Villa Crespo. El procedimiento, valuado en más de 300 millones de pesos, se llevó a cabo tras detectar videos en redes sociales donde el dueño del local, Hunor Gombos (85), promocionaba tapados y accesorios elaborados con especies protegidas por ley.
El allanamiento fue solicitado por la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo del fiscal Carlos Michienzi, y autorizado por el Juzgado Penal Contravencional y de Faltas N° 23. El operativo incluyó un local comercial y una vivienda en la calle Serrano al 800.
Fauna silvestre en peligro: prendas con piel de yaguareté, boa y visón
Durante el procedimiento, los efectivos hallaron un tapado de yaguareté —especie considerada Monumento Natural Nacional— junto a 25 prendas de boa, piezas de zorro, nutria, visón, ñandú y zorro blanco. También se encontraron colas, mantas, un asta de ciervo colorado y numerosos cueros de distintas especies. El valor comercial del lote asciende a 335 millones de pesos.
Además, se decomisaron 24 pieles de zorro rojo, dos chalecos de visón, tres mantas de nutria y un tapado de ñandú, entre otros objetos. El tapado de yaguareté fue considerado invaluable por tratarse de una pieza única.
Investigación por ciberpatrullaje y vínculos con figuras políticas
La investigación se originó a partir de tareas de ciberpatrullaje realizadas por la UFEMA y la Policía de la Ciudad. Las publicaciones en redes sociales mostraban al comerciante exhibiendo prendas confeccionadas con subproductos de fauna silvestre.
Gombos fue notificado por ejercicio ilegal de una actividad y tenencia ilícita de productos de origen animal prohibido. El local quedó clausurado por la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFyC), mientras el imputado permanece bajo investigación judicial.
Cristina Kirchner, clienta histórica del comercio clausurado
Según el propio Gombos, la expresidenta Cristina Kirchner fue clienta del local desde 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia. En una entrevista de 2008, el comerciante aseguró que enviaban prendas a la residencia de Olivos y a la Casa de Gobierno. “Tiene unas diez camperas nuestras”, afirmó.
Este caso pone en evidencia la persistencia del comercio ilegal de productos elaborados con animales en peligro de extinción, y la necesidad de reforzar los controles para proteger la biodiversidad.