La falta de agua potable volvió a convertirse en un serio problema en El Mollar durante el fin de semana extra largo. Lo que debía ser una escapada de descanso terminó en frustración para cientos de visitantes que se encontraron con un servicio prácticamente inexistente en amplios sectores de la villa.
Desde el viernes, vecinos y turistas comenzaron a reportar la situación en redes sociales: en muchas zonas la presión era mínima y, en otras, directamente no salió agua. La situación obligó a numerosas familias a adelantar su regreso para poder contar con un recurso básico.
“Vinimos a relajarnos, pero sin agua no se puede. Terminamos volviendo antes de tiempo”, relató una familia que decidió regresar a San Miguel de Tucumán el domingo al mediodía tras no poder sostener su estadía.
El problema también impactó en los prestadores turísticos. Algunos alojamientos registraron cancelaciones y manifestaron preocupación a pocas semanas del inicio de la temporada alta, cuando la demanda aumenta considerablemente y la infraestructura local vuelve a ponerse a prueba.
En menos de un mes, El Mollar recibirá a miles de visitantes, lo que multiplicará su población. Ante este panorama, el episodio encendió alarmas entre vecinos y propietarios de casas de veraneo, quienes advierten que, si el sistema hídrico colapsa ahora, el verano podría ser aún más crítico.
“Si así estamos ahora, imaginate en enero. No hay planificación, y el problema es cada vez peor”, expresó una residente local, reflejando el malestar generalizado.
Mientras los reclamos se intensifican y se esperan respuestas oficiales, lo ocurrido durante el fin de semana largo volvió a poner en evidencia una crisis hídrica que se agrava año tras año y que amenaza con golpear de lleno a la actividad turística de los Valles Calchaquíes, uno de los motores económicos de la región.




