Un operativo de alto impacto sacudió al Penal de Villa Urquiza. En el marco de una requisa general y recorridos específicos, el personal de la Unidad Penitenciaria N°1 descubrió un arsenal de fabricación casera y una preocupante cantidad de estupefacientes en varias celdas.
El resultado fue contundente: 52 puntas carcelarias, cinco elementos contundentes, envoltorios de marihuana y cocaína, además de psicofármacos. Con estos resultados, queda expuesto que los detenidos alojados en la cárcel cuentan con elementos para llevar adelante la confección de este tipo de «armas» y comercializar drogas.

El arsenal de puntas carcelarias halladas en el Penal de Villa Urquiza.
Desde el servicio penitenciario aseguran que la acción fue el desenlace de semanas de trabajo de inteligencia, que buscaba frenar el ingreso y la comercialización de drogas dentro del penal. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿la cárcel sirve para que los detenidos puedan reinsertarse en la sociedad? O sigue siendo una cueva para que los reos sigan «perfeccionándose» en el rubro de la delincuencia. Todo esto deja al descubierto una red interna que pone en jaque la seguridad carcelaria y exige respuestas urgentes.
El tema es realmente preocupante en Tucumán. El sistema carcelario deja a las claras que lo controles diarios, de rutina, no son eficientes. Cambian los directores penitenciarios, se trasladan presos, pero el sistema sigue sin modificarse. Todo sigue igual.