El martes 2 de septiembre, Diego Luciano Fernández trepó una tapia de más de dos metros para ingresar al fondo de la casa de su vecina en calle Lamadrid al 2000, Yerba Buena. Su objetivo: robar naranjas. Pero lo que parecía un hurto menor terminó en un hecho viral y judicial. Al ingresar, fue atacado por 15 perros, lo que le provocó heridas graves que requirieron atención médica urgente.
El video del ataque circuló rápidamente en redes sociales, generando indignación y debate. Mientras vecinos intentaban auxiliarlo, los animales lo mordían sin tregua. La propietaria del domicilio confirmó que Fernández era su vecino y que había ingresado sin autorización. Lo describió como “una persona que vive de lo ajeno”.
La Fiscalía de Robos y Hurtos I, dirigida por María del Carmen Reuter, imputó a Fernández por tentativa de hurto agravado por escalamiento. Aunque se solicitó prisión preventiva por 30 días, sus lesiones impidieron que fuera alojado en una dependencia policial. Por eso, cumplirá la medida en su casa, bajo arresto domiciliario y con monitoreo electrónico.
Además, se reveló que Fernández ya tenía antecedentes penales y una causa previa en trámite. La jueza Valeria Mibelli aceptó el pedido del Ministerio Público Fiscal, y ordenó una consigna policial permanente hasta que se le coloque la tobillera.