El conflicto en el Hospital Garrahan volvió a encenderse este martes con un paro de 48 horas, impulsado por ATE Garrahan. La medida desafía el anuncio del Gobierno sobre un bono extraordinario de hasta $450.000 para el personal asistencial y $350.000 para el administrativo.
Alejandro Lipcovich, secretario general del gremio, celebró el bono como una conquista parcial, pero advirtió que no resuelve el problema de fondo. “La urgencia ya se descubrió. No vamos a esperar al Senado”, lanzó, en referencia al tratamiento del veto presidencial a la ley de Emergencia Pediátrica, previsto para el 2 de octubre.
El Consejo de Administración del hospital comunicó el bono como una respuesta al deterioro salarial, pero al tratarse de una suma no remunerativa y transitoria, los trabajadores temen que desaparezca en enero. “El problema es que no va al básico”, advirtió Lipcovich.
La protesta se da en un contexto de alta tensión institucional. El ministro de Salud, Mario Lugones, defendió la medida en redes sociales y aseguró que “la plata estaba en el hospital, pero mal distribuida”. Sin embargo, evitó referirse al paro en curso.
Desde ATE Garrahan insisten en que la única solución real es la implementación plena de la ley de Emergencia Pediátrica, que elevaría los salarios básicos y garantizaría estabilidad. Mientras tanto, el paro sigue firme y la presión gremial crece.