La incertidumbre electoral dejó como saldo una jornada intensa para el mercado financiero a pesar del feriado en EEUU por el “Labor Day” que en general supone movimientos acotados a nivel local. El volumen del mercado mayorista llegó a USD 340 millones con cotizaciones al alza en todos los segmentos, a la vez que los inversores rechazaron el clima político e hicieron caer bonos y acciones, sin la referencia de Wall Street.
Aún en esas circunstancias particulares, el dólar tuvo una suba superior al 2% y quedó en $1.372 en el mercado mayorista. La pantalla del Banco Nación llegó a tocar los $1.390 y cerró en $1.385, mostrando una suba en el dólar minorista de 25 pesos en relación al cierre del viernes y llegando a su valor más alto desde la salida del cepo en abril. El blue subió a $1355.
En el primer día de septiembre, el dólar siguió su camino ascendente y se perfila para arrimarse al techo de la banda cambiaria ($1.470) si no vuelve a haber medidas oficiales, tales como las modificaciones en los encajes y nuevas licitaciones para retirar pesos del mercado. La suba del dólar se mantuvo con una Tamar, la tasa para los depósitos mayoristas, superior al 66%.

El clima político suma cada vez más factores que agregan presión. A las denuncias por supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad que golpean al Gobierno y a la inminente elección en la provincia de Buenos Aires, se añadió el resultado en las elecciones correntinas, en las que La Libertad Avanza obtuvo un magro cuatro puesto.
“Si bien mañana veremos realmente el impacto del revés electoral de Corrientes, la realidad es que no se arrancó la semana de la mejor manera posible. Sumado a ello, las noticias de que el Tesoro estuvo vendiendo dólares, vuelve a plantear dudas sobre el esquema monetario y cambiario”, apuntó Nicolás Capella, de IEB.
Un informe de Cohen señaló que “con la economía tensionada por la volatilidad cambiaria y de tasas, el foco de los inversores se traslada a las elecciones en provincia de Buenos Aires tras el revés de la LLA en Corrientes”.
Mientras persista la incertidumbre electoral, el mercado espera por más medidas que contengan el dólar y los precios hasta el momento de votar, en la certeza de que la baja de la inflación es el principal argumento del oficialismo para salir a pelear el voto.
“De aquí a octubre, la administración parece dispuesta a tolerar un menor nivel de actividad a cambio de reforzar el control sobre el dólar y la inflación. Luego, el rumbo de la política cambiaria y monetaria quedará condicionado por el resultado electoral”, estimó un informe de Invecq Consulting.
“En caso de una victoria oficialista amplia, el equipo económico intentará mantener un tipo de cambio estable, en los niveles actuales o incluso algo menores (…), pero lo más probable es que el esquema monetario-cambiario requiera un ajuste: una corrección cambiaria moderada y administrada”, señaló.