La Iglesia Católica realizó en Buenos Aires el acto de clausura de la fase diocesana del proceso de canonización del Siervo de Dios, coronel Argentino del Valle Larrabure, nacido en San Miguel de Tucumán en 1932.
La ceremonia fue presidida por el obispo castrense Santiago Olivera y contó con la presencia del ministro de Defensa, Luis Petri, además de representantes de las Fuerzas Armadas, que acompañan e impulsan la causa de santificación del militar tucumano.
Con este acto se cerró oficialmente la etapa diocesana, tras años de recopilación de testimonios, peritajes e investigaciones sobre la vida y el martirio de Larrabure. Todo el material será remitido al Vaticano, donde comenzará la fase romana del proceso de canonización.
Si el Dicasterio para la Causa de los Santos reconoce el martirio “en odio a la fe”, Larrabure podría ser declarado beato sin necesidad de acreditar un milagro previo, lo que abriría el camino hacia su canonización como primer santo tucumano.
La vida y el martirio
- Nació el 6 de junio de 1932 en San Miguel de Tucumán.
- Ingeniero químico, docente y oficial del Ejército.
- Fue secuestrado por el ERP en agosto de 1974 mientras se desempeñaba como subdirector de la Fábrica Militar de Explosivos de Villa María.
- Pasó 372 días cautivo en una celda mínima en Rosario, donde se negó a colaborar con sus captores en la fabricación de explosivos.
- Fue asesinado el 19 de agosto de 1975.
Reconocimiento e impacto
Durante el acto, monseñor Olivera destacó la figura de Larrabure como ejemplo de fe, perdón y entrega. Para las Fuerzas Armadas, su testimonio representa un legado espiritual para las nuevas generaciones.
La posibilidad de que sea reconocido como santo constituye un hecho histórico para Tucumán y para la Iglesia argentina.




