La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, presentó una propuesta que podría transformar por completo los requisitos de ingreso a Estados Unidos: todos los turistas que visiten el país deberán entregar la información de sus redes sociales correspondientes a los últimos cinco años. La medida, que aún está en etapa de consulta pública, también alcanzaría correos electrónicos, números de teléfono y datos personales sin importar la edad.
El plan fue publicado en el Registro Federal, el boletín oficial del gobierno norteamericano, donde se establece que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) sería la encargada de exigir esta información a todos los viajeros, incluso aquellos que no necesiten visa. La propuesta estará disponible para comentarios ciudadanos durante los próximos dos meses, aunque ya generó críticas dentro del país y en el exterior.
Una medida que llega en un momento inoportuno
La iniciativa surge a meses del inicio del Mundial de Fútbol 2026, un evento que tendrá a Estados Unidos como sede principal y que movilizará a miles de turistas de todo el planeta. Sin embargo, la llegada de visitantes internacionales podría verse afectada por el endurecimiento de los controles migratorios.
La caída en los índices turísticos ya es una realidad en varios destinos del país. Autoridades de California anticipan un descenso del 9% en las visitas internacionales al cierre de 2025, mientras que en zonas emblemáticas como Hollywood Boulevard se registró este año una reducción del 50% en el tránsito de turistas. En Las Vegas, otro punto neurálgico, el descenso también fue notable y se atribuye tanto al clima político como a la proliferación de juegos de azar online.
Ante este escenario, más de 20 empresas del sector turístico firmaron una carta manifestando su rechazo al proyecto, argumentando que la medida desalentará aún más los viajes. Un empresario del rubro criticó que la CBP no haya informado previamente la iniciativa al sector privado y advirtió que se trata de “una escalada sin precedentes contra los turistas”.
Otros indicadores preocupantes
Los datos fronterizos también reflejan el impacto. Según Statistics Canada, los viajes de ciudadanos canadienses hacia Estados Unidos en julio de 2025 cayeron un 36,9% respecto del año anterior. En el mismo período, los viajes en aerolíneas comerciales disminuyeron un 25,8%.
El gobierno de Trump no solo endureció los controles para turistas: también avanzó sobre quienes buscan ingresar por trabajo o estudio. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) anticipó este año que revisará redes sociales para detectar supuestas “opiniones antiamericanas”, una política que ya derivó en la detención de estudiantes extranjeros que expresaron apoyo a Palestina en sus cuentas.
Asimismo, periodistas internacionales y trabajadores de verificación de contenido han enfrentado restricciones adicionales, desde revisiones exhaustivas de dispositivos hasta la reducción del período de sus visas.
Libertades civiles en debate
El proyecto ya recibió objeciones desde el plano jurídico y de derechos digitales. El abogado Bo Cooper, de la firma Fragomen, afirmó que la medida representa un “cambio de paradigma”, dado que permitiría denegar el ingreso a partir de declaraciones o expresiones en línea del solicitante. A su criterio, el control del discurso digital abre la puerta a decisiones discrecionales peligrosas.
Sophia Cope, abogada de la organización Electronic Frontier Foundation, advirtió que la propuesta profundizará la erosión a las libertades civiles. Señaló que el sistema de revisión de redes sociales no ha demostrado eficacia para prevenir amenazas, pero sí ha invadido la intimidad de viajeros sin antecedentes.
La CBP cuenta, por ley, con la facultad de revisar dispositivos electrónicos de cualquier persona que busque ingresar al país. Durante 2024 inspeccionó 47.000 aparatos entre celulares, computadoras y tabletas, en un contexto de 420 millones de ingresos. Bajo la nueva política, esas revisiones podrían aumentar significativamente.
Un proyecto con fuerte resistencia internacional
Mientras el gobierno estadounidense sostiene que la medida reforzará la seguridad, sectores turísticos, organizaciones civiles, especialistas y gobiernos extranjeros advierten que podría implicar un retroceso en materia de derechos y un golpe económico para el país.
A la espera del período de comentarios públicos, la discusión ya se instaló en el escenario global: ¿es razonable exigir el historial completo de redes sociales a millones de turistas? ¿O se trata de un avance desproporcionado sobre la privacidad digital?
El debate recién comienza, pero las repercusiones ya se sienten en las fronteras —y en la agenda internacional— de los Estados Unidos.
