La historia de Carlos Alberto Lindao Vera, un ecuatoriano que asegura tener 123 años, comenzó a recorrer el mundo y despertó el interés de medios nacionales e internacionales. Según su cédula de identidad, nació el 17 de octubre de 1902, dato que ahora intenta validar oficialmente para ser reconocido como el hombre más longevo del planeta.
Lindao vive en Puerto El Morro, una localidad rural ubicada en la costa de Guayaquil, Ecuador, donde pasó prácticamente toda su vida. Allí es conocido no solo por su edad, sino también por su estilo de vida activo y su fuerte arraigo con la comunidad.
Medios locales lo describen como un hombre delgado, de carácter sereno y sorprendente lucidez, que todavía se mueve de forma independiente. Lejos de llevar una vida sedentaria, mantiene una rutina que desafía cualquier estadística sobre el envejecimiento.
Una vida de trabajo y hábitos simples
Cada día, Carlos Lindao se sube a su canoa, navega por el estero y continúa con su oficio de siempre: la producción artesanal de carbón, una actividad cada vez más escasa y que requiere un importante esfuerzo físico.
El propio Lindao atribuye su longevidad a una vida marcada por el trabajo constante y una alimentación sencilla, basada —según asegura— en productos naturales y libres de químicos. “Siempre comí lo que daba la tierra”, repite a quienes lo visitan.
El homenaje que despertó la atención internacional
La historia del hombre de Puerto El Morro cobró mayor notoriedad tras un homenaje oficial realizado el pasado 11 de diciembre por el Concejo Municipal de Guayaquil. Durante el acto, fue reconocido como un símbolo de trabajo, dignidad humana y pertenencia comunitaria.
Desde el municipio destacaron su labor ininterrumpida durante más de un siglo, su compromiso con el lugar donde nació y el ejemplo de constancia que representa para las nuevas generaciones. Para las autoridades, Lindao encarna la fortaleza de las comunidades rurales y la vigencia de los oficios tradicionales.
El desafío de validar su edad como récord mundial
Con la repercusión creciente, el foco ahora está puesto en la validación oficial de su edad por parte de organismos especializados, como Guinness World Records o entidades internacionales dedicadas a verificar casos de longevidad extrema.
Actualmente, el Récord Guinness reconoce como la persona viva más longeva del mundo a la británica Ethel Caterham, nacida en 1909, cuya edad fue certificada por la organización LongeviQuest. En la categoría masculina, el título corresponde al brasileño João Marinho Neto, nacido en 1912.
Si la documentación de Carlos Lindao logra ser validada, el ecuatoriano podría convertirse en el hombre más longevo vivo del mundo, un hito que pondría a Puerto El Morro en el centro de la historia global de la longevidad.




