En toda relación de pareja existen desacuerdos. Sin embargo, cuando ciertos patrones negativos se repiten, pueden marcar el inicio de un proceso de deterioro emocional. Según el psicólogo Mark Travers, citado en un artículo de Forbes, hay cuatro señales que anticipan el divorcio: crítica, actitud defensiva, desprecio y obstruccionismo.
Estas conductas, conocidas como los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” por los psicólogos John y Julie Gottman, conforman un ciclo que erosiona la comunicación y la confianza. ¿Qué lo hace tan peligroso? Que suele repetirse de forma automática si no se detecta a tiempo.
Crítica: el primer paso hacia el divorcio

La crítica aparece cuando los problemas se presentan como defectos personales. Frases como “nunca hacés nada bien” transforman una queja legítima en un ataque al carácter del otro. Travers señala que esta diferencia, aunque sutil, tiene efectos profundos: mientras la queja abre la puerta al diálogo, la crítica bloquea cualquier solución.
Además, este tipo de comunicación genera una reacción defensiva en la pareja, lo que da paso al segundo jinete.
Actitud defensiva: excusas y contraataques
La defensividad surge como respuesta a la crítica. Puede manifestarse en forma de excusas (“el tráfico me retrasó”) o de contraataques (“vos también llegás tarde”). Aunque parecen intentos de justificar, en realidad refuerzan el conflicto. En lugar de resolver, desvían la atención y alimentan el resentimiento.
Por otro lado, esta dinámica prepara el terreno para una actitud aún más destructiva: el desprecio.
Desprecio y obstruccionismo: señales graves de ruptura
El desprecio comunica superioridad y rechazo. Se expresa con sarcasmo, burlas o gestos de desdén. Travers lo considera el predictor más grave del divorcio. Cuando aparece, las discusiones pierden todo objetivo constructivo.
Finalmente, el obstruccionismo —también llamado stonewalling— implica desconexión emocional. La persona guarda silencio, evita el contacto o abandona la conversación. Este comportamiento suele coincidir con una “inundación emocional”, donde el estrés bloquea la capacidad de razonar.
Sin embargo, la evasión no calma el conflicto. Al contrario, se interpreta como indiferencia y reactiva la crítica, reiniciando el ciclo.
¿Cómo romper el ciclo del divorcio?
Reconocer estas señales es clave para evitar que la relación entre en una espiral irreversible. Travers recomienda observar silencios hostiles, respuestas automáticas y ataques personales como alertas tempranas.
Además, buscar ayuda profesional o cambiar el enfoque de la conversación puede ser el primer paso para reconstruir el vínculo. Comprender el ciclo permite recuperar la empatía y abrir la puerta al diálogo.