Tras una extensa y tensa sesión que se extendió hasta la madrugada de este jueves, la Cámara de Diputados dio media sanción al Presupuesto 2026 impulsado por el Gobierno nacional. Sin embargo, el oficialismo sufrió un revés clave: no consiguió avanzar con la derogación de las leyes de emergencia en discapacidad y de financiamiento universitario, un punto central del proyecto que terminó siendo rechazado.
Se trata del primer Presupuesto aprobado durante la gestión de Javier Milei, luego de dos años en los que el Ejecutivo gobernó con prórrogas del plan de gastos e ingresos de 2023. El texto ahora deberá ser tratado por el Senado, donde La Libertad Avanza intentará revertir la derrota sufrida en Diputados.
La aprobación en general fue posible gracias a una amplia red de alianzas. Al oficialismo lo acompañaron el PRO, la UCR, el MID, bloques peronistas provinciales como Elijo Catamarca, los diputados tucumanos de Independencia que responden a Osvaldo Jaldo, Innovación Federal (Salta y Misiones), representantes de Neuquén, Santa Cruz y San Juan. En contraposición, Fuerza Patria, Encuentro Federal y la izquierda votaron en contra, mientras que Provincias Unidas se abstuvo, aunque tuvo un rol decisivo al aportar legisladores para alcanzar el quórum inicial.
El conflicto estalló durante la votación en particular, cuando varios aliados del Gobierno se negaron a acompañar el artículo 75, incluido dentro del capítulo 11, que proponía derogar las leyes de emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario. Conscientes de esa fragilidad, los libertarios impulsaron una votación por capítulos completos y no artículo por artículo, lo que generó fuertes críticas de la oposición, que denunció una maniobra para impedir que se expresaran disidencias puntuales.
Pese a que el oficialismo logró imponer su metodología de votación, el desenlace fue adverso. El capítulo 11 fue rechazado por 123 votos contra 117 y dos abstenciones, dejando sin efecto la derogación de las normas que protegen a personas con discapacidad y garantizan recursos para las universidades nacionales.
El Presupuesto aprobado proyecta un crecimiento del 5% del PBI, una inflación anual del 10,1% y un dólar oficial de $1.423 para diciembre de 2026. Además, prevé un superávit primario del 1,5% del PBI y uno financiero del 0,2%. Desde la oposición cuestionaron duramente esas previsiones, al considerarlas “irreales” y desvinculadas de la situación económica actual.
Durante el debate, el presidente de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert —conocido como Bertie Benegas Lynch— defendió el ajuste fiscal y sostuvo que “no gastar más de lo que se tiene es un principio moral”. Desde el peronismo, en cambio, advirtieron que el proyecto profundiza el ajuste, el deterioro del consumo y la desigualdad social.
Las negociaciones previas incluyeron gestos hacia los gobernadores aliados, como la distribución de Aportes del Tesoro Nacional y compromisos para saldar deudas por coparticipación con la Ciudad de Buenos Aires, lo que permitió destrabar el respaldo del PRO. Sin embargo, ni esas concesiones alcanzaron para sostener el artículo más sensible del proyecto.
El rechazo al capítulo 11 dejó al oficialismo ante un nuevo escenario de incertidumbre legislativa. Ahora, el Gobierno apuesta a que el Senado introduzca modificaciones y devuelva el texto a Diputados, en un intento por recomponer una iniciativa que, aunque aprobada en general, quedó marcada por una derrota política significativa.




