En las últimas horas, Diego Zerda fue trasladado bajo custodia policial tras ser imputado por instigar el suicidio de Karla Robles, una joven tucumana de 27 años. El video del momento muestra al acusado esposado y escoltado por efectivos de la Policía de Investigaciones rumbo a una dependencia policial, a la espera de cupo en un penal provincial.
La Justicia de Tucumán ordenó la prisión preventiva de Zerda por los delitos de instigación al suicidio y amenazas. La medida responde al riesgo de fuga y a la posibilidad de entorpecer la investigación judicial.
El caso Karla Robles: una tragedia que sacudió a Tucumán
El hecho que derivó en la detención de Zerda ocurrió durante una transmisión en vivo en TikTok, donde Karla Robles se quitó la vida. Según la investigación, Zerda habría estado conectado al vivo y presenció el momento del suicidio. La joven había denunciado a su ex pareja en varias oportunidades por violencia de género y amenazas, y contaba con medidas de restricción vigentes.
A pesar de las denuncias, Robles continuaba siendo hostigada mediante mensajes intimidatorios y publicaciones en redes sociales. Su muerte generó una profunda conmoción en la provincia y encendió el debate sobre el impacto de la violencia psicológica y digital en las relaciones.
Violencia digital y el rol del Estado
El caso de Karla Robles reabre discusiones urgentes sobre la violencia de género en entornos digitales y la efectividad de las medidas de protección. Organizaciones sociales y referentes del ámbito judicial advierten sobre la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención y seguimiento en casos de violencia psicológica.
Además, se cuestiona el rol del Estado en la protección de las víctimas, especialmente en contextos donde el acoso se perpetúa a través de redes sociales. La prisión preventiva de Zerda marca un precedente judicial, pero también expone las fallas del sistema en evitar desenlaces trágicos como el de Robles.



