Una avioneta boliviana con 364 kilos de cocaína cayó en una pista clandestina en San Felipe, Salta, a menos de 50 km de Tucumán. El impacto contra un auto de apoyo provocó una explosión que delató la operación narco. La droga, dividida en dos cargas —una en la aeronave y otra enterrada— llevaba la marca “Prada”, vinculada al cartel de Sinaloa.
El fiscal Eduardo Villalba activó un operativo cerrojo inmediato. Detuvieron al dueño del vehículo siniestrado y, horas después, a dos pilotos bolivianos en la terminal de Rosario de la Frontera. La jueza Mariela Giménez autorizó allanamientos y preservación de pruebas. Las fuerzas conjuntas —PSA, Gendarmería y Policía provincial— hallaron GPS satelital, antenas y dispositivos de navegación de alta gama.
El hallazgo confirmó una ruta narco transnacional que esquiva radares y aprovecha zonas rurales del sur salteño. Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca registraron aumentos explosivos en decomisos, mientras Salta y Jujuy bajaron sus cifras. El gobierno tucumano anunció refuerzos al Operativo Lapacho.
Los investigadores creen que la caída de la avioneta expuso una red mayor de financistas, transportistas y contactos locales. La causa sigue bajo reserva, pero las pruebas apuntan a una estructura criminal sofisticada que aún opera en el norte argentino.




