Una denuncia penal por presunto abuso sexual contra el dirigente político tucumano Pablo Walter tomó estado público en los últimos días, a partir de las investigaciones difundidas por el periodista Carlo Cazón y la cobertura de la periodista Milagro Mariona. El hecho denunciado habría ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires y actualmente se encuentra bajo análisis de la Justicia Nacional.
Walter, de 58 años, cuenta con una extensa trayectoria política. Inició su carrera en Fuerza Republicana, donde fue concejal de San Miguel de Tucumán entre 1991 y 1994, legislador provincial entre 1995 y 1999 y senador nacional por Tucumán entre 2001 y 2003. Posteriormente se incorporó al PRO, partido en el que ocupó cargos de relevancia a nivel nacional, y en 2016 fue designado integrante del directorio de Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA).
En septiembre de este año fue expulsado del PRO por decisión de Mauricio Macri, argumentando reiteradas inasistencias a reuniones partidarias y el incumplimiento de la carta orgánica. Actualmente se desempeña como subdirector del Registro Nacional de Armas y, según informó el sitio Letra P, podría asumir próximamente la conducción del organismo con respaldo político de Patricia Bullrich.
La denunciante y su decisión de hacer público el caso
La denunciante es María Casanova, tucumana y residente en la Ciudad de Buenos Aires. A diferencia de lo habitual en este tipo de causas, autorizó expresamente la difusión de su nombre, su historia y su testimonio, al considerar que hacerlo forma parte de su reparación personal y puede servir de ayuda a otras personas en situaciones similares.
En un escrito de 15 páginas presentado ante la Justicia y difundido públicamente, Casanova relata el vínculo con Walter, el contexto económico y emocional en el que se desarrolló y el episodio que denuncia como abuso sexual. Desde el inicio del texto, deja en claro el impacto que el hecho tuvo en su vida:
“No sé cómo ni cuál sería la mejor manera de empezar a escribir esto, pero sé que lo hago por una necesidad vital. (…) es mi manera de reparar algo que me fue arrebatado: mi voz”.
“Fui abusada sexualmente a fines del año 2015”.
Según su testimonio, el recuerdo del abuso permaneció bloqueado durante años y recién pudo enfrentarlo recientemente:
“Ese recuerdo quedó bloqueado desde entonces hasta este año y lo denuncié cuando hechos externos lo trajeron de vuelta y encontré fuerza y el acompañamiento emocional para enfrentarlo”.
El contexto previo y la denuncia del hecho
Casanova relata que retomó contacto con Walter en un momento personal crítico, atravesado por dificultades económicas, un duelo familiar y la responsabilidad de sostener sola a su hija. En ese contexto, según afirma, él le ofreció un trabajo en el ámbito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires bajo una condición económica:
“Él me llamó y me dijo que podía conseguirme un trabajo explicándome que del monto mensual que recibiría debía entregarle un tercio para la campaña política”.
“Yo acepté porque lo necesitaba para poder darle de comer a mi hija”.
Sostiene que debía entregarle ese dinero en persona y que esos encuentros no eran opcionales:
“Él me obligaba a verlo cada dos o tres meses para darle esa plata personalmente, algo que me resultaba humillante”.
También describe episodios previos de avances físicos no consentidos:
“Sí, hubo intentos de sobrepasarse, algún beso forzado o hacerse el romántico. Yo lograba evitarlo y él pedía disculpas”.
El hecho central de la denuncia habría ocurrido —según su relato— cuando ya no existía una relación laboral formal, pero sí una presión psicológica y económica previa:
“Fue en ese momento, sin relación laboral, pero con una presión psicológica y emocional permanente, que abusó sexualmente de mí”.
La denunciante afirma que el episodio ocurrió en un departamento de Buenos Aires y describe el uso de la fuerza física:
“Me inmovilizó sobre su cama agarrándome de las muñecas”.
“Le dije que no, que me quería ir. Innumerables veces traté de zafarme. No escuchó. No respetó mis límites”.
Consecuencias y proceso judicial
Casanova sostiene que el abuso tuvo consecuencias profundas en su salud física y mental durante años, incluyendo ataques de pánico, trastornos gástricos y la necesidad de tratamiento psicológico. También cuestiona la calificación legal de la causa como “abuso sexual simple” y la aplicación de la prescripción del delito.
La denuncia penal fue presentada en 2025 bajo la causa CCC 31.108/2025, radicada en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 41. En una primera instancia, el juez consideró que el delito se encontraba prescripto, decisión que fue apelada y actualmente se encuentra a revisión de la Cámara.
En octubre se dictaron medidas de protección a favor de la denunciante, prohibiendo el contacto y el acercamiento del denunciado. Posteriormente se presentó una nueva denuncia por presunto incumplimiento de esas medidas, lo que dio lugar a una segunda causa en trámite.
“Denuncié para no ser nunca más la incómoda”
En el cierre de su testimonio público, Casanova explica el sentido de su decisión de denunciar:
“Denuncié porque no voy a ser nunca más la incómoda”.
“Denuncié porque tal vez haya otra que no tenga con quién hablarlo”.
“Denuncié porque ya es hora de limpiar la política argentina”.
La causa continúa en trámite y resta una resolución judicial definitiva tanto sobre la prescripción del hecho denunciado como sobre el alcance de las medidas de protección vigentes.




