En la Argentina, el limonero más común es el llamado “de las cuatro estaciones”, capaz de florecer y dar frutos casi todo el año. Dentro de esta familia, la variedad “Génova” es una de las preferidas por su resistencia y productividad. Su popularidad se explica por una virtud práctica: puede crecer tanto en jardines como en macetas grandes, incluso en patios y terrazas.
Como todo árbol frutal, el limonero necesita una poda regular para mantenerse sano, fuerte y con buena producción. No es un capricho estético: podar en el momento adecuado ayuda a concentrar la energía de la planta, fortalece las ramas principales y garantiza frutos de mejor tamaño y calidad en la próxima temporada.
¿Cuándo podar el limonero en la Argentina?

El calendario de poda depende de la región y de la edad del árbol. El punto clave es evitar las heladas, ya que un limonero recién podado queda más expuesto y vulnerable. Los momentos para hacerlo son los siguientes:
- Final del invierno y principios de la primavera (julio a octubre): es la época ideal en la mayor parte del país, sobre todo en zonas templadas. El árbol aprovecha el inicio de la temporada de crecimiento para recuperarse y volver a florecer.
- Después de la cosecha de verano (junio-julio): en climas benignos, se puede hacer una poda de mantenimiento para eliminar ramas secas, enfermas o dañadas.
- En zonas frías o en Patagonia (agosto-septiembre): conviene esperar un poco más para esquivar el riesgo de heladas tardías, que podrían arruinar las ramas recién cortadas.
Claves prácticas para un buen cultivo

La poda es solo un capítulo del cuidado del limonero. Para que crezca sano y produzca limones de calidad, es importante acompañarla con otras prácticas:
- Protección contra heladas: en zonas frías, cubrir con malla antiheladas, sobre todo durante los primeros años.
- Suelos y riego: necesita tierra profunda, rica en materia orgánica y sin exceso de sales. El riego debe ser regular pero sin encharcar.
- Abono: el compost o humus de lombriz cada cuatro semanas durante la temporada de crecimiento asegura un buen desarrollo.
- Mantenimiento: limpiar el pie del árbol de malezas y usar mulch de paja seca para conservar la humedad.
Algunos especialistas recomiendan cortar las primeras flores y frutos de cada año. Puede sonar drástico, pero es un truco para estimular al árbol: al no dispersar energía en frutos pequeños, logra luego limones más grandes, fuertes y abundantes.